¿Qué es el síndrome de Korsakoff y quién lo fundó?

Cuadro clínico característico de ciertas formas de alcoholismo crónico y que consiste en la asociación de síntomas mentales (desorientación temporospacial, amnesia de fijación y confabulaciones) y síntomas neurológicos de polineuritis (parestesias y algias, especialmente en las piernas), por lo que se conoce también como psicosis polineurítica alcohólica de Korsakov. Se presenta frecuentemente como evolución posterior de un acceso de delírium trémens. La etiología alcohólica es indirecta, pues la causa de este síndrome es la carencia crónica de vitamina B que acompaña al alcoholismo, pero también puede darse en otras enfermedades. El tratamiento consiste en la abstención de alcohol y la administración de aneurina y otras vitaminas del complejo B. Algunos casos se recuperan totalmente, pero buen número de ellos solo mejoran dejando síntomas residuales crónicos Fue descubierto por Sergey Korsakoff a finales del siglo XIX en relación a una serie de estudios que presentó y que desembocó en el término “psicosis de Korsakof” (que lleva su nombre) en el cual se dio cuenta de que los efectos del alcohol en consumidores habituales iban asociados una serie de desórdenes mentales acompañados de síntomas neuríticos. Korsakoff ha servido de inspiración para Europa occidental y muchos médicos han utilizado el síndrome para asociarlos a los casos en que se presenta amnesia.        

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¿Qué es el TOC de contaminación y cómo curarlo?

Las Obsesiones se definen como: Pensamientos, imágenes o sensaciones recurrentes y persistentes que se experimentan como intrusivos, repetitivos e inapropiados, causando malestar emocional (duda, ansiedad, miedo, culpa, vergüenza…) gran duda, ansiedad y miedo en la persona. El sujeto intenta evitarlas, suprimirlas o neutralizarlas mediante otros pensamientos o actos. Son falsos mensajes que genera el cerebro del afectado. ¿Qué es el T.O.C. de contaminación física? El T.O.C. de contaminación principalmente está basado en el miedo a infectarse de VIH y a morir. La persona tiene frecuentes pensamientos que son involuntarios, repetitivos e irracionales que le generan un gran sufrimiento como por ejemplo por tocar el pomo de un aseo público voy a contagiarme de VIH. Ante ese pensamiento reacciona de manera errónea evitando tocar los pomos de los baños con la mano y en el caso de que los toca se lava excesivamente las manos y se ducha repetidas veces. Estas repeticiones son erróneas ya que se tratan de compulsiones que alimentan y mantienen el problema ¿Cuál es el objetivo de la técnica de exposición? El objetivo es perder la errónea credibilidad que genera el T.O.C. y aplicarse una vez trabajada la sobreexposición la parte cognitiva, la técnica de prevención de respuesta y elaborado una buena jerarquía de estímulos. ¿Qué pautas son recomendables en esta técnica? Es fundamental establecer una jerarquía de estímulos porque es importante empezar por las situaciones que generen menos malestar. De esta manera iremos realizando exposiciones de menos a mayor dificultad. Durante la exposición se irá observando el nivel de malestar y quedará finalizada cuando la ansiedad haya bajado hasta el 70%. Aunque las primeras exposiciones podemos terminarlas cuando el malestar haya bajado a la mitad. La persona no ha de estar muy medicada cuando le apliquemos esta técnica La técnica de la exposición con prevención de respuesta Cuando tienes la necesidad de compulsionar o te vienen esos pensamientos de que estás contagiada ahí es donde tienes que aplicar la técnica de prevención de respuesta. La prevención de respuesta consiste en seguir una serie de pasos donde tienes que identificar el pensamiento obsesivo, atribuirlo a tu T.O.C., aceptar que va a estar ese pensamiento e incluso ese malestar para poder reenfocar en el aquí y en el ahora. Reenfocar en el momento presente. De esta manera podrás reconducir tu vida cuando aparezca el T.O.C. En lugar de seguir el camino del T.O.C. hay que seguir el camino de la prevención de respuesta para que sea eficaz tu recuperación       La Terapia de Exposición TOC. Cómo exponerte. Trastorno Obsesivo Compulsivo. Asociación TOC Granada TELÉFONOS DE INFORMACIÓN Y AYUDA AL TOC: 626 39 70 77 – 958 958 062 PROTOCOLO ABREVIADO DE  TERAPIA INDIVIDUAL DE LA ASOCIACIÓN TOC GRANADA (ÚLTIMA REVISIÓN NOVIEMBRE DE 2022) Más información en https://tocgranada.com/

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¿A qué se debe la enuresis nocturna o incontinencia urinaria?

La enuresis nocturna constituye un hecho muy frecuente en la infancia. Puede decirse que hacia los dos años la mayoría de niños han conseguido un dominio de la función vesical; no obstante, todavía cabe considerar como normal la enuresis nocturna esporádica hasta los tres o cuatro años. La enuresis, como fenómeno patológico, puede prolongarse hacia la adolescencia y aun durar toda la vida. Su frecuencia es doble en los niños que en las niñas y casi siempre es expresión de un problema emocional basado en conflictos inconscientes que tienen su raíz en el aprendizaje de las normas sociales, son muy pocos los casos en que se comprueba alguna causa orgánica o fisiológica. Es frecuente que niños mayorcitos que ya habían superado la etapa del aprendizaje sufran una enuresis pasajera con motivo de situaciones de tensión emocional que los lleva a una conducta regresiva de infantilización transitoria (nacimiento de un hermano, p.ej.)

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¿Una persona con psicosis es peligrosa?

La psicosis según la definición de la Real Academia de la Lengua Española es una enfermedad mental caracterizada por delirios o alucinaciones, como la es esquizofrenia o la paranoia. Las psicosis se clasifican en psicosis sintomáticas, orgánicas o tóxicas, y psicosis funcionales. Las primeras se deben a un proceso de desorganización lesional o tóxica de los tejidos cerebrales, mientras que las segundas carecen de causa desconocida y son el objeto principal de las discusiones entre psiquiatras organicistas y funcionalistas. Psicosis sintomáticas Este grupo abarca todos los trastornos mentales de tipo psicótico que surgen como consecuencia de una afectación lesional o tóxica del cerebro. Se caracterizan por una sintomatología confusional en los casos agudos y transitorios, y por una desestructuración demencional de la personalidad en los casos de evolución crónica. Su curso agudo o crónico depende directamente de la naturaleza aguda o crónica de la afectación original. Se incluyen aquí los síndromes asociados a traumatismos cerebrales, trastornos seniles y arterioscleróticos, lesiones sifilíticas tardías, alteraciones neurológicas crónicas de causa dudosa o desconocida, intoxicación alcohólica, toma de algunos medicamentos, trastornos de la nutrición y trastornos del metabolismo y las glándulas de secreción interna. Es evidente que se trata de un grupo de enfermedades muy amplio en el que se encuentran la medicina interna, la neurología y la psiquiatría y en el que el papel de ésta tiene a menudo un carácter secundario. Psicosis funcionales Tienen mayor interés psiquiátrico que las anteriores, por cuanto constituyen enfermedades graves de la personalidad sin causa orgánica apreciable y son el verdadero banco de pruebas de toda teoría psicopatológica. Según un criterio puramente clínico y descriptivo se clasifican en psicosis esquizofrénica y psicosis maniacodepresiva. Es interesante la observación de que uno y otro tipo de psicosis inciden con más frecuencia en las llamadas personalidades psicóticas, sin que ello quiera decir que toda personalidad pre psicótica haya de abocar necesariamente a la enfermedad psicótica. La personalidad pre esquizofrénica se caracteriza por un biotipo asténico (predominio de los diámetros longitudinales sobre los transversales, pecho hundido y perfil de pájaro) y un psicótico esquizoide (introversión, insociabilidad, extravagancia). Psicosis esquizofrénica La esquizofrenia es una enfermedad mental que aparece generalmente en la pubertad o juventud y que se caracteriza por un trastorno global de la personalidad, que afecta al pensamiento, al lenguaje, la afectividad y la conducta en general, y por su tendencia a la evolución crónica con desorganización progresiva de la personalidad. Su incidencia llega al 1% de la población general. La cuarta parte de los ingresos en los hospitales psiquiátricos corresponde a esquizofrénicos, quienes ocupan el 60% de las camas de los hospitales. Los síntomas más peculiares y llamativos son el bloqueo psíquico, la experiencia de algo insólito y amenazador presente en el ambiente y que pronto cristaliza en ideas delirantes y alucinaciones y lleva al uso de neologismos personales y extravagantes, porque el lenguaje normal no permite expresar una experiencia tan fuera de lo habitual. También son típicos el sentimiento de perplejidad y los trastornos de la afectividad, que van desde la incongruencia emocional al aislamiento y la indiferencia. La conducta suele ser extravagante e incomprensible si no se aborda a través del conocimiento de las vivencias personales y delirantes del enfermo. En general se distinguen cuatro variedades de esquizofrenia. La esquizofrenia simple tiene un inicio precoz y  se caracteriza por su mayor tendencia a la cronicidad y su pobreza sintomática, limitada a la esfera afectiva y a las quejas hipocondriacas. La hebefrenia es parecida a las anteriores, de la que se distingue por el aspecto “estúpido” del paciente y por seguir un curso aun más grave y desintegrador. En la esquizofrenia catatónica predominan los síntomas psicomotores: el enfermo está totalmente aislado del mundo, no habla ni reacciona a los estímulos y puede permanecer largos periodos en posición estatuaria, conservando la postura en que se le deja. La esquizofrenia paranoide es la más frecuente; su comienzo suele ser insidioso y más tardío y en su sintomatología predominan las ideas delirantes de autorreferencia y de persecución. Por lo general se presenta en personas que ya manifestaban rasgos paranoides en su carácter. Psicosis maniaco-depresiva Es una forma de psicosis que difiere mucho de la esquizofrenia tanto por su sintomatología como por su evolución. En efecto, la sintomatología se caracteriza por accesos de manía o de depresión de duración breve que pueden alternarse o bien sucederse como crisis repetidas de un mismo tipo. Entre las diversas crisis se intercalan periodos lúcidos que se caracterizan por una normalidad aparente y una duración variable, que puede llegar a ser de años e incluso del resto de la vida en ciertos casos que solo sufre una única crisis de tipo maniaco o depresivo. La edad de presentación de la primera crisis suele ser por término medio más tardía que la de inicio de la esquizofrenia. Se está de acuerdo en que los factores hereditarios y constitucionales son más evidentes en la psicosis maniaco-depresiva que en la esquizofrenia. Tratamiento de la psicosis El tratamiento de las psicosis orgánicas es fundamentalmente el de su enfermedad causal, secundado por una terapéutica psicofarmacológica sintomática. En cuanto a las psicosis funcionales, se han producido cambios radicales en las últimas décadas, que han revolucionado el panorama psiquiátrico. Las técnicas terapéuticas actuales se dividen en tratamientos biológicos, farmacoterapia, psicoterapia y tratamiento institucional y pueden asociarse entre sí en distintas formas. El tratamiento biológico más empleado es el electrochoque que a pesar de practicarse mucho menos que hace unos años, sigue teniendo sus indicaciones, especialmente en las depresiones graves con peligro de suicidio. Los psicofármacos se utilizan con buenos resultados. Las técnicas psicoterápicas son variadas y van desde la simple psicoterapia de apoyo, que ayuda a algunos enfermos a controlar sus síntomas y a mantener un equilibrio suficiente para seguir una vida socialmente útil, hasta la psicoterapia profunda de tipo psicoanalítico encaminada a conseguir una modificación duradera de las estructuras psicológicas del psicótico. El tratamiento institucional, que comenzó como un intento de humanización del ambiente de los antiguos manicomios, para convertirlos en verdaderos

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¿Qué es la depresión? Sus síntomas y la farmacología

La depresión mental es uno de los síntomas más frecuentes en psiquiatría y puede observarse prácticamente en todas las enfermedades físicas y mentales, pero desde un punto de vista psiquiátrico es común referirse con este término a un verdadero síndrome depresivo que es por sí mismo una entidad patológica independiente. Desde las formas ligeras, que pueden considerarse una reacción emocional normal a sucesos o circunstancias que parecen justificar el estado de ánimo del enfermo, hasta las formas francamente patológicas y delirantes, como la melancolía, existe toda una gama de situaciones depresivas de diferente intensidad y matices. Síntomas de la depresión En todo síndrome depresivo los síntomas se acompañan siempre de otros trastornos  patológicos; así, la cefalalgia, la fatiga, la inapetencia y el estreñimiento están presentes en más de la mitad de los casos, y el insomnio es constante. Es frecuente que los enfermos deprimidos interpreten su depresión como el resultado, y no como la causa de sus molestias orgánicas , las cuales comúnmente constituyen el objetivo de consulta médica. Los rasgos afectivos que caracterizan la depresión mental son una profunda tristeza, acompañada de ideas de desesperanza, indignidad y culpabilidad basadas muchas veces en remordimientos y escrúpulos por acciones realizadas años atrás y que, imparcialmente consideradas, carecen de importancia; en los casos más intensos hay una inhibición motora general y una dificultar para iniciativas de cualquier tipo. Las depresiones leves son frecuentes, en especial en la edad media de la vida y pueden pasar inadvertidas durante mucho tiempo incluso  al médico que asiste al paciente. Las depresiones más intensas tienen gran importancia por la tendencia a acompañarse de impulsos suicidas que obligan a menudo a una estrecha y constante vigilancia del enfermo. El peligro de suicidio es mayor al principio del tratamiento, pues la inhibición motora cede antes que el ánimo depresivo y el enfermo, que hasta entonces no había tenido suficiente iniciativa para llevar a la acción sus impulsos suicidas, puede hacerlo en esta fase de transición hacia la mejoría. La farmacología en la depresión El capítulo de la farmacología de la depresión es uno de los que más ha progresado en los últimos años. Actualmente se cuenta con gran número de fármacos que dan muy buenos resultados. Aunque su acción puede parecer reducirse a disminuir la duración de la depresión, este resultado es ya muy apreciable si se tiene en cuenta el sufrimiento que ahorra al enfermo y a sus familiares, y el hecho de que el riesgo de suicidio, que sigue siendo importante, disminuye proporcionalmente a la reducción del tiempo que dure la enfermedad. En los casos graves, en especial en la melancolía, siguen estando indicados los electrochoques a pesar de ser un tratamiento empírico. El tratamiento psicoterápico o psicoanalítico es el ideal para los casos de depresión de tipo neurótico, que son los más frecuentes, puesto que es el único que se encamina a una reestructuración de la personalidad neurótica previa. Desde el punto de vista psicodinámico la depresión es en todo comparable  a la situación de duelo, con la diferencia de que éste es un estado de depresión transitorio y normal, producto de la elaboración psíquica de la pérdida de un ser querido, mientras que la depresión mental es un estado patológico ante una pérdida que muchas veces no es real, sino simbólica, y supone una incapacidad previa para enfrentar tales situaciones que tiene sus raíces en la deficiente elaboración de las situaciones infantiles de separación (nacimiento, destete, separación prematura de la madre, fallecimiento de ésta, o del padre, o de algún hermanito, etc.)

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