¿Cuáles pueden ser las dificultades del sueño en el bebé?

Los niños no nacen sabiendo relajarse y dormir. El principal instinto de supervivencia que sí llevan incorporando al nacer es el de succión, que les permite alimentarse. Los recién nacidos cambian día a día, evolucionando a nivel mental, fisco y social, lo que puede alterar e interferir en el proceso de aprendizaje del sueño. Hay que prever estos cambios en nuestro hijo y adaptarse a ellos para que nuestra tarea de enseñarle a dormir se lleve a cabo con éxito. Existen dos factores fundamentales, además de la falta de hábitos adecuados, que son los responsables de las dificultades de que el bebé aprenda a dormirse con facilidad: uno es el orden físico y otro el orden psicológico. Los motivos de la dificultad de aprendizaje del sueño son: Físicos. Tono muscular, luz, sonidos, hambre, frio, ritmo de evacuación de esfínteres Psicológicos. Carácter, personalidad, miedos, inseguridad Descronización con el horario solar Relaciones sociales. Padres primerizos con ansiedad o excesivamente rígidos El tono muscular del bebé Ésta puede ser la causa principal de las dificultades el pequeño a la hora de conciliar el sueño. No todos los bebés tienen el mismo tono muscular; hay algunos que siempre están relajado y otros que siempre están tensos. En consecuencia, los hipotónicos o relajados tienen un gran facilidad para dormirse en cualquier sitio o circunstancia, mientras que los hipertónicos o tensos, que son aquellos bebés que al cogerlos en brazos se arqueña y se ponen rígidos, les cuesta mucho lograr un nivel de relajación muscular apto para conciliar el sueño. A los niños hipertónicos o tensos también les suele ocurrir que se mueven mucho durante la noche a medida que crecen y sus propios movimientos, los despiertan a menudo al chocar contra las barandillas a no ser que tengan una cuna muy amplia. Para estos bebés lo adecuado es aplicarles un método de relajación que los ayude a superar la tensión musculan que padecen mediante masajes, baños de agua caliente y música relajante Según el tono muscular del bebé nos encontraremos con mayores o menores dificultades para conseguir que se duerma. Los más conflictivos en este aspecto son los niños tensos y los hipertónicos. Son bebés con un elevado grado de desarrollo psicomotriz; enseguida casi al cumplir los dos meses, aguantan perfectamente la cabeza, reptan por la cuna y se sientan y gatean muy pronto. Son niños muy estimulados y fáciles de entretener; todo les produce curiosidad. Pero, por el contrario, desde edades muy tempranas les cuesta relajarse lo suficiente para dormirse sin dificultad. Los niños tensos e hipertónicos precisan una combinación de varias técnicas y mucha paciencia para aprender a dormirse, pero lo consiguen bastante de prisa. La combinación ideal para ellos es la música clásica combinada con los masajes y baños de agua caliente. Notareis que al principio rechaza los masajes, porque está muy tenso y le molesta que lo toquen. Conviene entonces que le pongáis música suave, como las nanas de Brahms, música de Bach, Mozart o el Adagio de Albinoni, mientras le dais un baño de agua caliente a una temperatura máxima de 36-38 grados. Si tenéis preferencia por la música contemporánea podéis utilizar baladas de Elvis Presley (Love me tender), Beatles (Yesterday), Elton John o alguna canción más actual como las de Coldplay. Es importante resaltar que hay que dejarlo en la cuna a su aire; se moverá mucho, incluso querrá sentarse o darse la vuelta. Hay que dejarlo, no hay que intentar que se quede quieto, tiene que encontrar la manera de relajarse él solo. Si lo mecemos o lo intentamos acostar para que no se mueva, se resistirá. Hay que evitar las sabanas. Aconsejamos el uso de pijamas manta, son más cómodos y reducen los problemas de enredos con las sabanas. La ansiedad de la separación Ésta es la gran dificultad de origen psicológico que puede tener un bebé para relajarse y dormirse. La ansiedad de la separación de sus padres o de sus seres más queridos aumenta a medida que el bebé crece y se desarrollan sus sentidos y sus vínculos afectivos. Los niños empiezan a desarrollar la memoria y a partir de los 6 meses ya son capaces de darse cuenta de que alguien se va, pero como todavía no han aprendido que luego volverá, se desesperan. Les falta experiencia y control sobre el concepto espacio-temporal. Si desapareces de su vista, aunque te oigan, para ellos no estás. No todos los bebés son iguales de ansiosos; algunos son tranquilos por naturaleza y otros, muy ansiosos. Independientemente de lo que los padres hagan, el grado de tranquilidad-ansiedad depende del carácter individual de cada niño. La ansiedad puede hacer que la hora de dormir se convierta en un problema ya que el bebé se desespera cuando se queda solo. Por eso es básico tener en cuenta estos dos aspectos a la hora de analizar las causas de las dificultades para dormir de nuestro bebé y sobre todo, para plantearse cómo solucionarlo. Si un bebé sufre la ansiedad de la separación no es adecuado utilizar un método conductista ya que con las esperas a solas entre cada intervención nuestra, el bebé se va desesperando progresivamente lo cual no consigue sino aumentar el problema. En este caso, se aconseja trabaja una rutina con música y con la presencia de los padres, siguiendo el método con entradas programadas, luz tenue y puertas abiertas. La clave del éxito está en nuestra actitud de comprensión y contención de su ansiedad. La comunicación padres-hijos en estas primeras etapas de la vida del niño es subliminal y no verbal. El niño capta nuestras sensaciones y sentimientos mas allá de lo que podamos expresar conscientemente. Nuestro cuerpo nos delata: la tensión en los músculos, la fatiga, cuando perdemos los nervios también por falta de sueño, etc. Hay que reprogramarse mentalmente y ser consciente de que es nuestro bebé el que realmente lo pasa mal, porque se siente inseguro y que nuestra función es la de protegerlo. Nuestro niño captará enseguida esas nuevas vibraciones y empezará a

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Mindfullness o conciencia plena para personas con cáncer

El mindfullness o conciencia plena consiste en prestar atención de forma activa o reflexiva, en el momento presente sin realizar juicios de valor. Es una experiencia contemplativa, se trata de observar sin valorar, aceptando la experiencia tal y como se da. Asimismo se trata de separar los hechos de los pensamientos y tomar distancia de uno mismo. Las características principales del entrenamiento en mindfullness son: La habilidad para mantener una atención sostenida y focalizada, no dispersa y fragmentada hacia aquello que se elija a propósito Centrarse en el aquí y en el ahora. Se trata de no perder la experiencia presente en sustitución de lo que tendría que suceder, lo que se vivió o lo que sucederá. Conocimiento o consciencia de los pensamientos, emociones/pensamientos y sensaciones corporales, abriéndose a la experiencia y los hechos. El centrarse en lo que sucede y se siente en el momento presente permite la exploración y captación de los detalles de la experiencia directamente, sin la suplantación de pensamientos, representaciones y descripciones lingüísticas. La persona que contempla una puesta de sol solo es capaz de percibir en la medida en que es capaz de mantenerse abierto a las cosas que le sugiere esa escena. Esta observación debe guiarse, en lo principal por ella misma. Dejando que unas sensaciones lleven a otras de forma natural Se trata de experimentar sensaciones, sentimientos y pensamientos sin verse dominados por ellos, sino evitarlos, negarlos o rechazarlos. La aceptación/no aversión y renuncia al control directo. No se busca que la persona controle sus sensaciones, reacciones, pensamientos o emociones sino que los experimente tal y como se producen. No se trata de reducir el malestar, las preocupaciones, el miedo, la ira o la tristeza, sino de experimentarlo como tales; en todo caso el efecto que pudiera producirse sobre esas emociones será de naturaleza indirecta. Se trata de dejarse ir a través de la experiencia sin valoración. No puede experimentarse plenamente algo que se desea que sea otra cosa. Dejar ir. Prestar atención a las sensaciones en la exploración corporal y en la respiración puede conducir tras un tiempo a divagar y llevar la atención a otros contenidos, a veces ansiogenos, positivos o neutrales. Se trata de regresar al objeto de atención y dejar ir los contenidos distractores Se trata de ser, no de hacer. No se trata de lograr ningún estado especial de relajación, bienestar, paz u otro, ni meta alguna. Todo intento de llegar a un estado deseado o que se debería alcanzar, se contradice con el mindfullness. El modo ser significa que la persona explora y se hace consciente de las cosas, sus sensaciones y emociones por sí mismas, sin juzgarlas por su utilidad. Hacer consciente la manifestación de un problema en el cuerpo. Al concentrarse en situaciones estresantes, relaciones interpersonales y emociones, se exploran y captan los efectos en el cuerpo y las sensaciones corporales, lo que permite romper los efectos de los pensamientos y las reacciones automáticas y comprender los sucesos adecuadamente Los procedimientos y ejercicios concretos son muy diversos. Se puede introducir con ejercicios sencillos, como es centrar la atención y explorar las sensaciones al comer una uva pasa, para explicar los principios fundamentales. Un ejercicio básico es el de la exploración corporal, puede comenzar eligiendo un lugar tranquilo para concentrarse, tumbarse sobre la espalda, cerrar los ojos. Llevar la atención a las sensaciones corporales, centrar la atención en la respiración, dándose cuenta de los movimientos en el abdomen, a continuación cuando inspire debe llevar la atención al pie izquierdo y sucesivamente ir expandiendo la atención a las distintas zonas del cuerpo. Si la persona se distrae, ha de darse cuenta y dirigir la atención de nuevo al propio cuero. Al final debe atender al cuerpo como totalidad. Este ejercicio se ha de practicar diariamente dos veces durante 10 o 15 minutos, llevando un registro. Estos ejercicios se pueden combinar con el yoga o ejercicios de flexibilidad. Posteriormente se puede llevar la atención a sonidos, pensamientos, sentimientos y situaciones.   (Información extraída de Tratamiento psicológico en pacientes con cáncer  / Cruzado Rodríguez, Juan Antonio, 2010)  

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¿Cuándo falla la memoria?

La memoria es una de las funciones cognitivas más sensibles al daño cerebral. El término se refiere a una pérdida parcial o total de la memoria, lo que la convierte en incapacidad para recuperar la información. Los trastornos de la memoria pueden ser graves que no solo se pierde la posibilidad de recuperar la información sino también toda noción de haber estado expuesto a ella. En los casos menos agudos, la evocación puede implicar únicamente pérdida de detalles, los cuales en ocasiones mejoran cuando se proporcionan claves o pistas. Es importante enfatizar que en la memoria intervienen diversos procesos y es necesario que todos ellos estén intactos para que ésta funcione normalmente. Es necesaria una atención adecuada para que se puedan registrar los datos. Las alteraciones en la atención se producen por un estado confusional y una imposibilidad para recordar. Personas somnolientas, deprimidas o ansiosas pueden manifestar dificultades para almacenar y recuperar la información Clínicamente es posible distinguir cuatro tipos de amnesia (Ardila y Ostrosky, 1991): Amnesia anterógrada. Consiste en la incapacidad para retener nueva información como consecuencia de una perturbación cerebral Amnesia retrógrada. Es la imposibilidad de evocación información aprendida previamente Amnesia especifica. Se relaciona con la naturaleza de la información que ha de memorizarse. Una persona puede presentar dificultades para recordar caras o lugares, pero no para recordar palabras o textos; también puede darse el caso contrario Amnesia inespecífica. Se presenta para todo tipo de material y se manifiesta en cualquier modalidad. Hay amnesia respecto a caras, lugares, palabras, textos, etc. La amnesia inespecífica con confabulación y amnesia inespecífica sin confabulación. La confabulación es la aparición de falsas huellas de memoria que probablemente se producen porque la persona es incapaz de hacer una evocación selectiva de sus recuerdos. Por ejemplo, cuando se le pregunta a un paciente qué hizo el día anterior, éste puede responder que estuvo en su casa, luego salió a pasear y se encontró con un amigo, cuando en realidad el paciente estaba hospitalizado. Lo que refiere es algo que pudo hacer sucedido y que podría responder a huellas de memoria que el paciente es incapaz de seleccionar apropiadamente. La identificación de las características de los trastornos de memoria aporta información valiosa acerca de la naturaleza y la localización de un daño o disfunción cerebral. En este sentido, se ha postulado un sistema que memoria que incluye las siguientes estructuras cerebrales: los cuerpos mamilares del hipotálamo, el tálamo, los lóbulos frontales, el cíngulo y el hipocampo. Lesiones a diferentes estructuras cerebrales pueden generar directa o indirectamente fallos en la memoria. Por ejemplo, las lesiones en el tallo cerebral afectan al nivel de conciencia y puede afectar indirectamente el proceso de memoria puesto que carece el individuo de un estado suficiente de alerta para realizar el registro de información. Las lesiones en las estructuras del sistema límbico afectan al proceso de almacenamiento de información nueva, aunque se mantiene la habilidad para recordar hechos antiguos. El lóbulo frontal interviene en las estrategias de almacenamiento y la recuperación de los recuerdos, e inhibe a la vez la información que no viene al caso. ¿Cómo cambia la memoria con la edad? Con la edad, las alteraciones de la memoria son causadas por cambios neuronales en el cerebro y por diferencias de procesamiento. Durante el envejecimiento surgen cambios en las neuronas del cerebro y en la eficiencia de los neurotransmisores que afectan la transmisión de información entre las neuronas, o se presentan deficiencias en la atención por alteraciones de los lóbulos frontales. Otras causas del deterioro de las neuronas incluyen: el uso de fármacos, las enfermedades crónicas como las cardiacas, la depresión, el alcohol, la vida sedentaria, la presión arterial alta, la falta de estimulación, la ausencia de deseo por aprender, la desnutrición y el exceso de grasa. Las personas mayores presentan dificultades en la evocación. Por ejemplo, aunque conocer el nombre de la medicina, no pueden recordarlo en un momento dado. Sin embargo, la mayor parte de las personas no manifiesta problemas con el reconocimiento y frecuentemente afirmar reconocer la información al verla u oírla. La memoria sensorial no cambia con la edad y así, el registrar información, a través de los sentidos la memoria a corto plazo funciona en forma muy parecida a cuando se es joven. Es conocido que ciertos factores pueden afectar al proceso de memoria en personas de cualquier edad. Sin embargo, el efecto de estos factores puede aumentar a medida que envejecemos; esto se debe a que las personas de mayor edad pueden experimentar mas al mismo tempo uno de estos factores. Los problemas de memoria se deben a cambios en los siguientes procesos (Ostrosky-Solís, 1998): La atención dividida. Nos cuesta más trabajo prestar atención a dos cosas a la vez La capacidad para aprender información nueva. Necesitamos hacer más esfuerzo para aprender información La recuperación. Es más difícil recuperar a la información almacenada en la memoria a largo plazo La evocación. Requerimos más tiempo para recuperar la información de la memoria a largo plazo. (Información extraída de Rehabilitación neuropsicológica / Juan Carlos Arango Lasprilla; revisión técnica, Edgar Miranda Terrés; editor responsable, Emilio Márquez Orta, 2006)  

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Catorce principios fundamentales para educar a su hijo con TDAH

En los niños con TDAH la parte “ejecutiva” del cerebro, que supuestamente organiza y controla la conducta ayudando al niño a planificar las acciones futuras y seguir con el plan establecido, funciona de forma poco eficaz. El niño con TDAH no adolece de habilidad o conocimientos, por lo que enseñarle cómo actuar para corregir sus problemas no le será de gran ayuda. En cambio, verá que sí es efectivo darle instrucciones claras y concisas, reorganizar el trabajo para que sea más interesante y motivador, reconducir sus conductas hacia objetivos futuros en lugar de hacia la gratificación inmediata y proporcionar de forma inmediata refuerzos siempre que acabe una tarea o se amolde a las reglas. ¿Le parece simple? En la práctica no siempre es fácil llevarlo a cabo. Estos principios se han convertido en claves para la orientación diaria de niños con TDAH, debido a la utilidad que han demostrado en el diseño de programas de intervención en casa y en el aula. Recuerde que la educación de niños con TDAH basada en estos principios significa: a) hacer una pausa antes de reaccionar ante el mal comportamiento del niño; b) seleccionar la respuesta más consistente con estos principios. La posibilidad de echar un vistazo a la lista de catorce principios cuando se levanta o de ir viéndola a lo largo del día le proporcionará un fugaz recordatorio de aquello por lo que está luchando Dé a su hijo refuerzo inmediato Según Virginia Douglas, doctora en psicología y experta en TDAH, los niños con TDAH parecen estar más influidos por la situación que los normales. Entonces no le queda más remedio que entrar a formar parte de esa situación porque, si no, va a tener muy poca influencia sobre su hijo. Cuando el niño con TDAH está ante un trabajo que le parece pesado, aburrido o poco reforzarte, siente el impulso de buscar algo diferente en lo que entretenerse. Si quiere conseguir que persista en la ejecución de una determinada tarea, tendrá que combinárselo de forma que pueda darle refuerzo positivo para aumentar su motivación ante ésta y en el momento en que abandone la tarea, consecuencias negativas ligeras. Del mismo modo, cuando intente modificar conductas negativas, debe proporcionar recompensas inmediatas y feedback por las conductas adecuadas y cambiar con rapidez a consecuencias negativas cuando actué inapropiadamente. El refuerzo positivo puede darse en forma de elogios o cumplidos siempre que señale de forma explícita y concreta cuáles fueron los aspectos positivos de su comportamiento. También son validas las muestras de afecto. En algunos casos, el elogio no resulta suficiente para motivar al niño a seguir con la tarea asignada, entonces tendrá que incluir premios, como privilegios extras o sistemas en los que el niño gane puntos para conseguir ciertos privilegios. Pero recuerde que el tipo de feedback más eficaz será aquel que pueda proporcionarse más inmediatamente. Dé feedback con mayor frecuencia Los niños con TDAH no solo necesitan consecuencias inmediatas, sino también frecuentes. Las consecuencias o feedback inmediato son útiles incluso cuando se proporcionan ocasionalmente, pero aportan mayores beneficios cuando se hace con regularidad. Llevado al extremo puede resultar irritante e intrusivo para el niño y cansado para padre/madre, pero es necesario practicarlo tanto como su tiempo, horario y energías se lo permitan, especialmente cuando el cambio de esa conducta inadaptada es de gran relevancia. Con frecuencia los padres están muy ocupados con las responsabilidades domesticas y se olvidar de llevar un control del niño. Una manera de acordarse es pegar papelitos con caras sonrientes en los lugares de la casa donde miran frecuentemente, como en la esquina de los espejos del lavabo, en el borde del reloj de la cocina, etc. Siempre que vea uno de esos papeles, dígale qué le gusta de aquello que hace en ese justo momento aunque sean tan solo ver la televisión tranquilamente. Use recompensas más duraderas y eficaces Los niños con TDAH necesitan que se les estimule con refuerzos más perceptibles y eficaces para que trabajen, sigan las normas o se porten bien. Éstos pueden incluir muestras de afecto, privilegios, alimentos especiales, bonos o puntos y recompensas materiales como juguetes pequeños o artículos coleccionables e incluso en alguna ocasión dinero. Puede parecer que este consejo viola la sabiduría popular que dice que no deberían darse recompensas materiales demasiado frecuentemente a los niños porque este tipo de refuerzos podría llegar a reemplazar a los intrínsecos. Algunos ejemplos de refuerzos intrínsecos serían: el placer de leer, el deseo de complacer a padres o amigos, el orgullo de dominar un trabajo o actividad nueva, o el aprecio de los amigos por jugar bien. Sin embargo, en el caso de los niños con TDAH hay que tener en cuenta que estas formas de refuerzo o recompensa tienen menos probabilidades de contribuir al buen comportamiento. Use antes la recompensa que el castigo Es habitual que los padres recurran al castigo en respuesta al mal comportamiento o desobediencia de su hijo. Esta estrategia podría ser adecuada para niños sin TDAH, que solo se portan mal ocasionalmente y que solo reciben cantidades mínimas de castigo. Pero no es adecuado para los niños con TDAH que tienen muchas más posibilidades de portarse mal y a resultas de recibir castigos constantemente. El castigo no es demasiado efectivo para cambiar la conducta. Conduce a que el niño se muestre resentido y hostil y en algunos casos que evite el contacto con usted. Incluso puede traer consigo efectos contrarios a los deseados: su hijo intenta encontrar maneras de desquitarse, vengarse o ajustar cuentas debido a su exceso de castigo. Es crucial que evite esta tendencia demasiado extendida a usar el castigo como primer recurso. Repítase la regla: los positivos antes que los negativos. Esta regla tal vez le ayude a recordar que su hijo recibe un exceso de reprimendas, castigos y rechazo por parte de personas que no entienden sus dificultades y que únicamente conseguirá que aprenda lo que espera de él mediante premios o incentivos. La regla para usar las recompensas antes que los

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La vida en familia con un niño con TDAH

Los niños con TDAH no viven en el vacío. Ocupan un sitio especifico dentro de la red o sistema social, siendo el más significativo y próximo la familia. Nadie puede apreciar completamente el trastorno, sus causas, deterioros, curso y sus consecuencias sin recurrir al entorno social y a la interacción del niño con él. Son los informes de otros los que determinan qué niños se envían a consulta, se diagnostican y se tratan. El pronóstico del TDAH para cualquier niño seguramente también gira en torno a este factor. Para entender quién llega a tener un TDAH, quien lo tiene a lo largo del desarrollo, quiénes desarrollan problemas adicionales, quienes saldrán adelante a pesar de dichos problemas y qué individuos en la madurez saldrán del paso con más dificultad es más importante tener en cuenta esta red social. Saber que los niños tienen un TDAH es una limitada importancia para su futuro o para diseñar un tratamiento para ellos. Saber cuál es el impacto que los niños con TDAH tiene en sus familias, cómo actúan dichas familias y cómo los padres controlan su comportamiento le ayudará a entender no solo a su hijo, sino también a la familia. El contexto familiar de un niño con TDAH es importante para entender a estos niños. Primero, las interacciones sociales de estos niños con otros, las reacciones de sus padres y hermanos, son inherentemente más negativas y estresantes para todos los miembros de la familia que las de las familias con niños sin TDAH. Hay más evidencia de que los padres y hermanos de niños con TDAH pueden estar sufriendo más angustia y trastornos psiquiátricos que las familias con niños sin TDAH. De hecho, es posible que al menos en un 40% de los casos uno de los padres de un niño con TDAH tenga también este trastorno. Estas dificultades que presentan otros miembros de la familia seguramente tendrán influencia sobre la forma en que se percibe, se controla, se educa, se quiere y se conduce hacia la edad adulta a un niño con TDAH. Esta influencia actúa en un sentido único y tiene efectos a largo plazo que llegan hasta la adolescencia y la vida adulta de estos niños. Tal vez se inicie un círculo vicioso como el siguiente: Los padres que tienen problemas personales a menudo perciben que sus hijos muestran más comportamientos disruptivos y que estos comportamientos son más difíciles de controlar para ellos que para los padres sin estos problemas Estas percepciones afectan a la manera en que los padres reaccionan, algunas veces, frente al comportamiento de su hijo, dando como resultado un severo castigo innecesario o una irritabilidad hacia el niño sin importar lo que haga El niño también recibe mucho menos estimulo, elogio y un clima menos cálido del que se le podría dar La forma de tratar al niño influye en cómo el niño se comporta con los padres, amentando en ocasiones el nivel de desafío, testarudez, discusiones y conflicto en general Esto podría reforzar el punto de vista de los padres de que su hijo es difícil de controlar El ciclo empieza de nuevo Esto no significa que el padre sea la causa principal del TDAH del niño o de su comportamiento desafiante; solo sugiere que la relación padre-hijo puede influir en la severidad de los problemas del niño y las percepciones de los padres sobre lo estresante que es educar al niño. Las interacciones de los niños con TDAH con sus madres Los primeros estudios para observar directamente el comportamiento de las madres con sus hijos con TDAH se hicieron por la doctora Susan Campbell en la Universidad de Pittsburg en 1975. La doctora Campbell observó que los niños hiperactivos iniciaban más interacciones que otros niños cuando estaban trabajando con sus madres para acabar una tarea. Estos niños también hablaban con sus madres y les pedían más ayuda. Los niños hiperactivos parecían necesitar más atención, hablaban más y buscaban más ayuda de sus madres durante las interacciones con ellas. Las madres de niños hiperactivos les daban más indicaciones, consentimiento, desaprobación e instrucciones sobre el control de sus impulsos que las madres de niños del grupo control. Las madres con niños con TDAH tenían que controlar más el comportamiento y comprometerse más con el autocontrol de sus hijos que las madres de los niños sin TDAH. Las interacciones de los niños con TDAH con sus padres El padre que censura los déficits de conducta del niño con TDAH tendrá muchos problemas con este niño. Las madres parecen utilizar más el razonamiento y el afecto para conseguir que su hijo siga las instrucciones. Este enfoque es probablemente menos motivador con un niño con TDAH, que no sigue las instrucciones o no razona muy bien y no es tan sensible al elogio. Los padres razonan y repiten menos las órdenes y puede que impongan un rápido castigo por no obedecer. El padre que actúa rápidamente para proporcionar alguna consecuencia por el comportamiento positivo y/o negativo de su hijo puede conseguir más obediencia. Tampoco podemos excluir el hecho de que la talla física más grande y la fuerza del padre puedan intimidar al niño con TDAH. Sin tener en cuenta por qué existe esta discrepancia, el hecho de que exista puede causar problemas en el matrimonio. El padre podría atribuir las quejas de su esposa a que es muy exagerad o decidir que el mal comportamiento del niño con ella es debido a que es demasiado permisiva. Las interacciones de los niños con TDAH con sus hermanos La relación de los niños con TDAH con sus hermanos también parece diferir de las que se dan en otras familias. Los niños con TDAH discuten más, juegan de forma más alborotada, gritan más a sus hermanos y tienen un comportamiento inadecuado o hacen travesuras; así, no es raro que el conflicto sea mayor de lo normal. ¿Cómo se siente el hermano que no tiene un  TDAH? Hermanos crecen cansados y exasperados por vivir en este ambiente disruptivo y confuso, llegando

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¿Cómo actuar ante el diagnóstico de TDAH?

Algunos padres reaccionan negando la etiqueta o diagnóstico, o la base neurológica del trastorno. Se aferran desesperadamente a su idea original de que nada iba tan mal como para que no pudiera ser corregido mediante asesoramiento o simplemente con algunos métodos de modificación de conducta. Esta reacción suele ocurrir cuando los padres en un principio no sospechaban las dimensiones del problema. Con frecuencia la posibilidad de que exista un problema es mencionada por un cuidador de la guardería, un profesor de preescolar o incluso un padre de uno de los compañeros de juego del niño afectado. Cuando los padres son los últimos en saber que su hijo tiene un TDAH, es natural que lo nieguen o minimicen su importancia hasta que puedan reevaluar la información que están recibiendo y lleguen a ver con sus propios ojos los problemas de su hijo. Si se nota que se resiste a aceptar el diagnóstico, la mejor manera de salir de dudas es buscar una  segunda opinión de alguien de confianza y que sea entendido en el TDAH. Otros padres aceptan de buen grado la información que reciben sobre el TDAH, asumiendo el mensaje y las respuestas que habían buscado desesperadamente durante tanto tiempo. Finamente las preocupaciones relativas a su hijo tienen un nombre y están en situación de poder pedir ayuda. Estas familias agradecen el alivio que supone liberarse del peso de la duda y de la culpa que a menudo sienten. Saber que el TDAH tiene una base biológica les permite apartar aquella sensación que tenían de haber creado ellos mismos el problema. Ira En algunos padres el diagnóstico de TDAH provoca ira, irá dirigida hacia cualquiera que les hubiera asegurado que no había ningún problema, ira contra los que echan la culpa del problema a la mala política seguida por los padres o a los problemas familiares. Cuando los padres se dan cuenta finalmente de que ellos no son los responsables, es bastante lógico que reaccionen con ira o resentimiento Pena Es natural, y al mismo tiempo sano, reaccionar con cierta pena ante la noticia de que su hijo presenta un TDAH. Cuando a un padre se le comunica que su hijo sufre determinada discapacidad, es habitual que se entristezca por haber perdido la condición de normalidad. Algunos padres se lamentan de los riesgos que sobrevendrán al niño en un futuro; otros se quejan de las modificaciones que supondrán para la familia el hecho de acomodarse al TDAH. En la mayoría de los casos esta pena se irá desvaneciendo a medida que reelabora la visión sobre su hijo y sus problemas. Sin embargo, algunos opinan que la pena no desaparece nunca completamente, sino que más bien se adaptan a ella y por algún tiempo parecen dejarla en un segundo plano mientras se enfrentan a las responsabilidades del día a día en el cuidado de su hijo y de su trabajo. Poco después de un periodo largo en el que el niño ha funcionado especialmente bien, cuando sobreviene una regresión o una crisis de importancia, entonces reaparece el sentimiento de pena. Aceptación La aceptación es la reacción natural y más deseable ante la noticia del TDAH e implica aceptar lo que su hijo es y en lo que puede convertirse y además y no menos importante, aceptar lo que su hijo no es y nunca podrá llegar a ser. Llegado este momento aparece una paz interior, como si la tormenta se hubiera disipado, y este estado permite a los padres ver de forma más clara los problemas de su hijo y el modo en que ellos mismos reaccionan ante dichos problemas. Desde esta nueva perspectiva podrá entender que su hijo tiene un problema que no ha pedido, que no puede evitar y que para superarlo necesita ayuda, y también que le proteja de aquellos que no van a entender el problema. Necesita su apoyo para que consiga disfrutar de los derechos o servicios que le corresponden en la comunidad y en la escuela. Este cambio de perspectiva puede hacer aflorar profundos sentimientos, no solo en los padres que lo están experimentando, sino también en cualquiera que lo presencie. La aceptación del trastorno significa reconocer que hay cosas que simplemente no puede cambiarse y que el niño no llegará nunca a rendir al máximo ni conseguirá adaptarse tan bien como los niños sin este problema. La incapacidad para aceptar que su hijo tiene ciertas limitaciones puede favorecer la intolerancia, la ira y frustración; y a su vez puede someter al niño con TDAH a una presión excesiva. La aceptación del trastorno que presenta su hijo como todo que éste conlleva constituyen los cimientos que le permitirán cumplir con el papel decisivo que tiene en la mejoría de su hijo. Con mayor intensidad que otros padres, deberá reforzar activamente la autoestima de su hijo, tal vez por medios tradicionales, mientras que los niños que no presentan TDAH construyen la suya a partir del éxito académico y social. Es necesario que ejercite su creatividad para encontrar salidas validas para su hijo, ya sea en deportes organizados, bellas artes, aficiones o proyectos científicos o de mecánica. Una vez haya aceptado auténticamente el problema de su hijo podrá ver más allá de sus limitaciones y comprender, como nadie más va a ser capaz, las habilidades y cualidades únicas que tiene.   (Información extraída de Niños hiperactivos: cómo comprender y atender sus necesidades especiales: guía completa del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) / Russell A. Barkley; [traducción de Judit Abad Gil… et al.], 2011)

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Tratamiento recuperador y reeducador del suelo pélvico

Una vez realizado el balance reeducador y evaluadas las necesidades y las posibilidades de cada paciente hay que seguir una pauta recuperadora que constará de la combinación de algunas de las siguientes técnicas: Fase informativa Ejercicios de suelo pélvico Cinesiterapia Electro estimulación funcional Masoterapia Biofeedbak Fase informativa Tomar el tiempo suficiente para explicar al paciente en qué consiste el tratamiento, haciéndole comprender el objetivo del mismo, sus fases y los beneficios que deseamos obtener Nunca deberemos considerar a la recuperación y reeducación como un tratamiento que excluya otras posibilidades Será fundamental mantener el interés de los pacientes durante el tratamiento y fomentar una buena relación entre el terapeuta y el paciente Ejercicios de suelo pélvico Los ejercicios de gimnasia y recuperación del periné deberán se inicialmente realizados en la consulta, con una estrecha colaboración entre médico, paciente y terapeuta. Una vez aprendidos todos y cada uno de los ejercicios y el control del suelo pélvico, iniciaremos un programa de reforzamiento domiciliario. De esta forma se mejorarán los resultados del programa y se acortará el mismo. En primer lugar, se deben reconocer cuáles son los músculos que han de ser entrenados o ejercitados. Para ello, la persona debe introducir un dedo en la vagina o en el ano, cuando se ejerciten los músculos adecuados, tome conciencia de que el ejercicio que ha hecho es el correcto. Será necesario que la persona aprenda a contraer los músculos adecuados y al mismo tiempo, relajar los inadecuados. Cinesiterapia Se utilizan dispositivos (conos vaginales, tubos de Pirex, etc.) que la paciente intenta sostener con un aumento de peso progresivo y de esta manera se consigue que la persona note el progreso de la terapia. Permiten valorar la fuerza perineal: Fuerza perineal activa o peso en gramos del cono más pesado mantenido en el interior de la vagina, contrayendo voluntariamente, durante dos minutos de pie y caminando Fuerza perineal pasiva o peso en gramos del cono más pesado retenido 5 minutos sin contraer en bipedestación y caminando Bio-feedback La realización de los ejercicios de contracción muscular de modo incorrecto puede conducir a la contracción indeseada de otros músculos, como los abdominales, glúteos o abductores, lo que muchos casos puede provocar el empeoramiento de la debilidad del suelo de la pelvis por aumento de la presión intraabdominal El biofeedback no es más que un modo de asegurar la correcta realización de los ejercicios de Kegel Por medio de un dispositivo electrónico, la paciente puede ver en una pantalla en qué momento contrae la musculatura perineal y cuando no lo hace, permitiendo potenciar selectivamente la musculatura en cuestión El sistema de retroalimentación recoge la información de un proceso fisiológico, que habitualmente sucede de forma inconsciente para el individuo. Esta información es amplificada y devuelta en forma de señal visual o sonora y puede ser de esta forma captada por el paciente Se instruye a la paciente un sensor adicional en la musculatura abdominal o en los abductores para demostrar a la paciente la necesidad de mantener estos músculos relajados durante la realización de los ejercicios. Una vez que la paciente conoce el funcionamiento del aparato y la colocación de los electrodos pueden realizarse los ejercicios de modo domiciliario con una visita médica cada 7-10 días para revisar los registros y realizar una sesión de biofeedback en la consulta Objetivo: refuerzo positivo o muscular activo, pudiendo a la paciente que practique contracciones estables y aisladas de contracciones de los grupos musculares parásitos. Finalidad: mejorar la fuerza, resistencia, elasticidad y velocidad de la musculatura perineal Biofeedback negativo: persigue el relajamiento y no el reforzamiento muscular. Es utilizado cuando existen problemas de hipertonía perineal, estando indicado en el vaginismo, disinergia vesicoesfinteriana, hipertonía perineal aislada. Electro estimulación Pretende inducir la contracción pasiva del esfínter uretral y de la musculatura perineal cuando se aplica una corriente eléctrica a través de la pared vaginal o anal. Se basa en la estimulación de origen nervioso, activando las raíces sacras S1-S2-S3. El esfínter estriado que rodea la uretra membranosa, el elevado del ano y el suelo de la pelvis están inervados primariamente por estas raíces. Por ello, la utilización de esta técnica tiene como requisito fundamental la existencia de un arco reflejo íntegro, estando contraindicado cuando el suelo pélvico está desnervado. Numerosos estudios han demostrado que en presencia de una inervación integra, la estimulación del nervio pudendo incrementa la presión uretral de cierre, mejorando el mecanismo de continencia urinaria y el tono muscular del suelo pélvico. Masoterapia Masaje de la musculatura perineal Indicaciones Embarazo (4º-7º mes) dentro de la preparación del periné al parto. Se persigue que los tejidos se encuentren elásticos y así poder afrontar mejora el parto, evitando posibles desgarros Puerperio (a partir de la 6º semana). Recuperación postnatal. Evita fibrosis cicatriciales, retracciones, tiranteces por episiotomía. Preparación a la cirugía vaginal Recuperación de la cirugía vaginal Disfunciones sexuales femeninas Coloproctología Duración Tratamientos cortos (< 10 semanas) y largos (> 10 semanas) (Información extraída de Incontinencia urinaria director L. Resel Estévez, co-directores A. SIlmi Moyano y J. Moreno Sierra, 2000)    

Tratamiento recuperador y reeducador del suelo pélvico Leer más »

Tartamudez: evaluación, diagnóstico y análisis

La tartamudez es un problema universal conocido desde hace miles de años. Demóstenes padecía este trastorno del habla que habría corregido metiéndose piedrecitas en la boca cuando hablaba. Este trastorno ha sido objeto de un considerable interés desde hace siglos. Cuadro clínico En el lenguaje popular, la tartamudez se refiere a la repetición de silabas, palabras o sonidos. Cuando las repeticiones, los bloqueos o las prolongaciones son frecuentes o dificultan la comunicación, los interlocutores identifican al individuo como tartamudo. Pese a la aparente facilidad para identificar a los tartamudos en la vida cotidiana, los especialistas no se ponen de acuerdo para definir este comportamiento. Los teóricos adoptan una definición de tartamudez en función de su interés, formación y de la orientación técnica. La prevalencia de la tartamudez en el niño es del 3 al 4%. No obstante, en la edad adulta sería del 1% de la población  general. La mayoría de los casos comienzan a tartamudear antes de los cinco años. No se observa ningún caso de inicio después de los 11 años. En alrededor del 75% de los casos, la tartamudez es un fenómeno transitorio que desparece sin tratamiento. Aunque no hay que alarmarse si su hijo empieza a tartamudear, es importante consultar a un profesional que conozca el tema, pues este trastorno nunca desaparece espontáneamente tras la infancia. Las principales características de este trastorno del lenguaje son alteraciones frecuentes e involuntarias en la fluidez verbal tales como repeticiones, pausas, prolongaciones e interjecciones. El paciente presenta una alteración del ritmo respiratorio, una tensión muscular en las mejillas y en la garganta y en ocasiones, unos movimientos de algunas partes del cuerpo. Finalmente estas características se acompañan a menudo de un estado de ánimo desagradable, como ansiedad o irritación. Evaluación, diagnóstico y análisis funcional El DSM-III-R define el tartamudeo de manera muy vaga: “frecuentes repeticiones o prolongaciones de sonido o de silabas que dificultan claramente la fluidez verbal”. Estos criterios serán poco útiles para que el clínico pueda determinar la presencia de una tartamudez clínicamente significativa. La mayoría de los especialistas reconocen cuatro elementos al respecto para definir este trastorno del lenguaje: Vacilación: la persona empieza la palabra o la sílaba, pero vacila antes de completarla Repetición: la persona pronuncia la palabra o silaba correctamente, pero las repite por completo Prolongación: la persona pronuncia la silaba de manera prolongada Bloqueo: la persona es incapaz de iniciar una palabra o una silaba Se emplean dos categorías de medición: las medidas comportamentales y las medidas subjetivas. Las primeras hacen referencia al porcentaje de silabas tartamudeadas y al flujo verbal. Se trata de contar el número total de silabas pronunciadas respecto al número de silabas tartamudeadas (ST) y calcular un porcentaje. Los 4 criterios que serán útiles para identificar los tartamudeos: Vacilación. Se caracteriza por un ligero sonido antes de completar la palabra Repetición. Repetición de la unidad. Ej. Tú tú tú llevas un un bonito sombrero Prolongación. Estiramiento o prolongación del sonido o de las palabras. Ej. Túuuuuu llevas un bonitoooo sombrero Pausas con un esfuerzo muscular, pero sin sonido Una medida subjetiva muy útil es el test de Erickson que evalúa los comportamientos de evitación del tartamudo. Este instrumento de medida es interesante tras la terapia, el paciente no deberá seguir presentando conductas de evitación. Tratamiento El abordaje comportamental ha significado importantes progresos en el tratamiento de la tartamudez. Se han desarrollado múltiples técnicas basadas en el aprendizaje de un nuevo ritmo de expresión. En general, los resultados son excelentes a corto plazo, pero la generalización y el mantenimiento de los beneficios terapéuticos han planteado serios problemas. Esta intervención comprende los siguientes componentes básicos: El entrenamiento en la toma de conciencia permite al sujeto tomar conciencia de sus tartamudeos. Esta toma de conciencia facilita la disminución de la tartamudez. El terapeuta le presenta al principio al sujeto, la definición de tartamudez y la señala cada vez que la presenta. El propio sujeto indica sus tartamudeos. Esta fase del tratamiento se prosigue hasta que el sujeto identifica el 85% de sus tartamudeos durante dos sesiones consecutivas Respiración regularizada se compone de los elementos presentados por Azrin y Nunn (1974) Puesta en evidencia de los inconvenientes Entrenamiento en relajación Anticipación del tartamudeo Actividades incompatibles Entrenamiento correctivo Entrenamiento preventivo Práctica positiva Ayuda social Ejercicio en público Ejercicios tras el tratamiento El aumento gradual del flujo verbal facilita la integración de la respiración regularizada y permite la introducción de los objetivos próximos. Con el fin de alcanzar el flujo verbal ideal, el terapeuta cronometra algunas muestras de su conversación. A esta velocidad, cada palabra es pronunciada lentamente, lo cual favorece la seguridad verbal. La reestructuración cognitiva pretende corregir las cogniciones negativas e inadecuadas de la persona. El sujeto explica sus pensamientos negativos y automáticos relativos a su tartamudez en ciertas situaciones sociales. Práctica en grupo. Los efectos son numeroso: generalización de los beneficios terapéuticos, sugerencias del medio para participar en situaciones difíciles, aprendizaje de actuación para la solución de problemas y entrenamiento en las habilidades sociales. Actitudes de los padres. Para el entrenamiento de los niños tartamudos, se invita a los padres a participar en sesiones terapéuticas con el fin de aprender el método y utilizarlo en casa con el niño. Del mismo modo, si el profesor manifiesta interés lo integramos en el tratamiento. Con los padres identificamos las actitudes negativas desarrolladas respecto al niño tartamudo. Las principales actitudes a corregir o a favorecer: Evitar culpabilizar al niño por sus vacilaciones Evitar interrumpir al niño cuando habla Evitar acabar sus palabras Evitar acabar sus frases Evitar adivinar lo que el niño quiere o intenta decir Evitar hacerle preguntas al niño sin parar y sin darle tiempo a responder Evitar corregir constantemente el comportamiento verbal del niño (Ser menos critico) Dar refuerzos positivos cuando se expresa con mayor fluidez Mirar al niño cuando habla Hablar lentamente Utilizar un lenguaje sencillo Identificar y modificar las circunstancias que parecen incrementar las vacilaciones Animar al niño a hablar durante situaciones que faciliten un buen flujo verbal    

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¿Qué es el Trastorno del aprendizaje no verbal (TANV)?

El TANV es el menos conocidos de los trastornos del aprendizaje y por ello está infra diagnosticado. En términos generales, los niños con TANV presentan dificultades en tareas que requieren una buena coordinación de la motricidad fina y de la percepción y orientación espacial. Estas dificultades repercuten en el grafismo, actividades de construcción como los puzles, orientación y distribución de las tareas escolares en el papel, aprendizaje de hábitos de anatomía (como vestirse y abrocharse) y actividades deportivas. El contraste con estas dificultades que les hacen parecer torpes, muy a menudo destacan por sus habilidades relacionadas con el lenguaje. Son capacidad de utilizar un vocabulario muy rico y ser muy buenos conversadores. A pesar de esta habilidad para la comunicación oral, su torpeza en las actividades físicas y una cierta ingenuidad en la interacción con niños de su edad les llevan, en muchos casos, a importantes problemas de relación y autoestima. En cambio, suelen relacionarse bien con los adultos. El TANV se conoce desde hace relativamente poco tiempo. Las primeras publicaciones datan de la década de los años setenta cuando dos autores Myklebust y Johnson describieron a un grupo de niños con dificultades para comprender el contexto social y con escasa habilidad para el aprendizaje académico. Las pruebas de inteligencia que se realizaban a estos niños arrojaban buenos resultados en cocientes de inteligencia verbal y malos resultados en los cocientes ejecutivos. A pesar de estas primeras descripciones hasta 1982 B.P. Rourke no aportó una visión más completa de las manifestaciones del TANV, así como de las posibles causas y localización de las estructuras cerebrales disfuncionales. Este autor relacionó por primera vez el TANV con una alteración de la sustancia blanca cerebral, especialmente en el hemisferio cerebral derecho. El desconocimiento de este trastorno, tanto en el ámbito medico como psicológico y pedagógico, hace que muchos de estos niños estén sin diagnosticar y por tanto sin recibir las ayudas educativas necesarias. La buena capacidad para el lenguaje de estos niños, sus conocimientos en algunos temas y en la mayoría de los casos, su buen aprendizaje inicial de la lectura hacen que su torpeza sea considerada como vagancia o falta de motivación. Sin embargo, especialmente en este trastorno del aprendizaje, los problemas de autoestima, ansiedad y rechazo social son muy frecuentes. ¿Cuáles son las causas del TANV? El TANV no es un trastorno específico en sí mismo sino un perfil determinado de habilidades y dificultades cognitivas y conductuales que puede obedecer a causas distintas. Muchos de los niños que padecen este trastorno son niños con una inteligencia normal y sin otras alteraciones genéticas y/o neurológicas conocidas. Sin embargo, algunos trastornos neurológicos y de problemas del funcionamiento cognitivo tienen las características del TANV. Este dato se debe a que los síntomas del TANV traducen el mal funcionamiento de unas determinadas estructuras cerebral. Las causas de este mal funcionamiento, sin embargo, pueden ser muchas y en bastantes ocasiones desconocidas. Describiríamos una situación parecida al hablar del trastorno por  déficit de atención/hiperactividad (TDAH). Aunque los síntomas pueden ser diversos, los síntomas traducen un mal funcionamiento de unas estructuras cerebrales determinadas. Así como en el TDAH existe un componente familiar y genético, en el TANV se desconoce que exista un componente familiar y no se sabe cuáles son las bases genéticas que lo condicionan. En el TDAH halábamos que las estructuras cerebrales implicadas eran los lóbulos frontales. En el TANV estas estructuras son: Sustancia blanca cerebral Hemisferio cerebral derecho Sustancia blanca cerebral En el cerebro se diferencian dos tipos de tejidos: La sustancia gris formada por células nerviosas o neuronas que se encuentran en la llamada corteza cerebral o capa más externa del cerebro y en estructuras más profundas o núcleos grises. En la corteza cerebral es donde están ubicadas las distintas funciones cognitivas La sustancia blanca está constituida por fibras que conectan las distintas aéreas de la corteza cerebral. Existen fibras que conectan regiones entre sí, dentro de un mismo hemisferio cerebral y otras que conectan los dos hemisferios cerebrales entre sí. De estas últimas, la más importantes es la llamada cuerpo calloso. Durante mucho tiempo se pensó que el papel del hemisferio cerebral derecho en las funciones cognitivas era muy inferior al del hemisferio cerebral izquierdo. La localización en el hemisferio izquierdo del lenguaje, la habilidad que mas diferencia al ser humano de las otras especies hizo considerar a este hemisferio como el fundamental para los procesos cognitivos complejos. El hemisferio derecho es fundamental en funciones que requieren orientación en el espacio, habilidades artísticas, y en la capacidad de adaptación y comprensión de situaciones sociales. El hemisferio cerebral derecho El hemisferio cerebral derecho se desarrolla más rápidamente que el hemisferio izquierdo, procesa información nueva y tiene un papel fundamental en la adquisición de nuevos aprendizajes durante las primeras etapas del desarrollo. A pesar de que sea el hemisferio izquierdo el especializado en el lenguaje, es el hemisferio derecho el responsable de la expresión o mímica facial, el tono y melodía de la voz, gestos, etc. El hemisferio cerebral derecho procesa mejor la información que se recibe por vías sensoriales táctiles y visuales, mientras que el hemisferio izquierdo es superior en el procesamiento de la información por vía auditiva. Estas habilidades del hemisferio derecho son las que permiten la comunicación con un bebé y sin fundamentales para el posterior desarrollo de la comunicación por medio del lenguaje. Si pensamos en una expresión como “que te parta un rayo” el hemisferio izquierdo es el que produce y comprende el sentido estricto de las palabras. Pero la correcta interpretación de la frase con su sentido metafórico depende del hemisferio derecho y sin él interpretaríamos que nuestro interlocutor desea que un rayo nos electrocute. El hemisferio derecho es capaz de hacer la interpretación correcta porque analiza la información de una forma global y dentro de un contexto, percibiendo ideas el tono de voz, la gestión y la expresión de la cara del interlocutor. ¿Cómo ayudar al niño con TANV? El paso más importante para ayudar al niño con

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Desarrollo de la continencia urinaria en el niño

Un tracto urinario inferior que funcione normalmente debe ser capaz de almacenar adecuadamente la orina y producir de forma voluntaria un vaciado eficiente de la misma. Para llegar a conseguirlo se requiere un complejo mecanismo que debe actuar coordinadamente y que implica centros nerviosos cerebrales y espinales, así como a la musculatura lisa de la vejiga y uretra posterior y a la musculatura estriada del esfínter de la uretra. Cronología evolutiva de la micción En el niño pequeño, hasta los dos años de edad aproximadamente, la micción está controlada exclusivamente de forma refleja por la porción sacra de la médula espinal. A partir de esa edad, en torno a los dos años, los niños son capaces de reconocer que su vejiga está llena y sienten la necesidad de orinar. Algo más avanzada dicha edad van siendo capaces de iniciar la micción, incluso sin que la vejiga se haya llenado completamente. Es en esta etapa durante la cual la capacidad funcional de la vejiga va aumentando progresivamente. Antes de alcanzar un control voluntario de la micción hay una fase de transición en la que se combinan los reflejos espinales con el control de los centros supra espinales. Fisiología de la micción En el ciclo urinario se pueden distinguir dos fases: la de llenado de la vejiga y la de micción o expulsión de la orina Fase de llenado Gracias a la gran distensibilidad de la vejiga, se consigue el almacenamiento de la orina sin que aumente mucho la presión en su interior. Si esto no fuera así, no sería posible el drenaje continuo de orina procedentes de los uréteres. Fase de micción La actividad de la vejiga está controlada por el sistema nervioso autónomo (SNA) y por el sistema nervioso central (SNC) La inervación simpática se orina en la médula tronco lumbar a nivel de T11-L2. El impulso se transmite por el nervio hipogástrico hasta la vejiga y la porción superior de la uretra. Participa fundamentalmente en la expansión de la vejiga durante la fase de llenado. La inervación parasimpática tiene su origen en la médula sacra a nivel de S2-S4. Va vehiculada por el nervio pélvico, hasta el plexo pélvico y de ahí a la vejiga. Es responsable de las contracciones vesicales durante la fase de vaciado La inervación somática voluntaria está localizada en el núcleo de Onuf, en la misma región medular que el componente parasimpático. La transmisión tiene lugar a través del pudendo, que inerva la musculatura pélvica y el esfínter externo de la vejiga. Su misión principal es mantener controlado el esfínter externo de la vejiga. Es necesario que estos tres componentes estén perfectamente coordinados para conseguir una micción normal. Así, durante la fase de llenado, mientras que el control voluntario mantiene el esfínter vesical cerrado, el estimulo simpático aumenta el tono de la musculatura lisa en el trígono y la uretra proximal impidiendo que la orina refluya hacia los uréteres o escape por la uretra, además de posibilitar la distención vesical. Una vez completada esta fase, comienzan las contracciones vesicales mediadas por el estimulo parasimpático. El cese de los impulsos somáticos permite la relajación del esfínter, momento en el cual se produce la micción. En los niños pequeños la micción está controlada exclusivamente por el arco reflejo sacro espinal, que se pone en marcha por la distención vesical. Este reflejo consigue la contracción del depresor y la relajación del esfínter externo, posibilitando así la salida de la orina por la uretra. En la mayoría de los niños el control voluntario de la micción por la maduración de los mecanismos corticales se va desarrollando entre los 18 meses y los 3 años de tal forma que el control supra espinal se va imponiendo sobre el reflejo medular progresivamente pasando por una etapa de control mixto. La continencia se alcanza cuando el niño es capaz de lograr una contracción voluntaria del esfínter externo de la uretra, mientras que el depresor, que no está sometido a ninguna supresión cortical, se contra de forma involuntaria. En la adquisición de la capacidad voluntaria de la micción influyen varios factores: Factores biológicos. Todos los centros y vías nerviosas implicados en el mecanismo de la micción y las estructuras neuromusculares de la vejiga deben estar intactos y madurar adecuadamente. Existe una cierta predisposición genética que influye en la edad a la que se consigue el control del esfínter urinario. Se ha visto que el 75% de los niños con enuresis tiene algún familiar de primer grado con enuresis en la infancia. Factores psicosociales que influyen sobre el aprendizaje. Algunos autores argumentan que si el entrenamiento en el control vesical se inicia antes de los doce meses, se conseguirá su control más fácilmente y la enuresis es más infrecuente. Sin embargo, otros autores refieren que cuando determinados educadores fuerzan al niño en el control de esfínteres a edades muy tempranas pueden suscitar en el niño una reacción airada y un desafío inconsciente que lleva a una ausencia de control miccional. Los refuerzos positivos favorecen el control, mientras que los negativos lo dificultan. Las alteraciones emocionales o acontecimientos estresantes durante el periodo de aprendizaje influyen negativamente (nacimiento de un hermano, comienzo de guardería, cambio de domicilio, etc.)   (Información extraída de Incontinencia urinaria director L. Resel Estévez, co-directores A. SIlmi Moyano y J. Moreno Sierra, 2000)  

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