También conocida como síndrome de la muerte en la cuna, se caracteriza por la muerte inesperada durante el sueño, nocturno o diurno, de lactantes aparentemente sanos. Conocida desde antiguo, se pensaba que el timo hipertrofiado cortaba la circulación de aire en la tráquea. También era popular pensar que durante el sueño, la desprevenida madre asfixiaba al infante con su cuerpo o brazo. Como el síndrome era y sigue siendo más prevalente en clases menesterosas, se han invocado factores de insalubridad, ignorancia, alcoholismo y masificación para explicar el suceso.
La muerte súbita del lactante ocurre entre las 4 semanas y los 6 meses de edad, siendo más frecuente entre octubre y marzo. Los estudios de necropsia han demostrado pocos signos patológicos, algunos compatibles con muerte de origen respiratorio, posiblemente apnea prolongada.
Entre los mecanismos etiopatológicos se han barajado causas cardiacas y causas respiratorias. Algunos recién nacidos presentan trastornos electrocardiográficos, como prolongación del intervalo Q-T por desequilibrio de estímulos simpatomiméticos o por reducción de la variabilidad en la frecuencia cardiaca de origen vagal. Esto indica una alteración del control autonómico, que podría representar un subgrupo de pacientes con riesgo de muerte súbita. Se ha sugerido que el retraso en el desarrollo de los mecanismos de control respiratorio durante el sueño inactivo no REM, cuando éste adquiere mayor proporción y consolidación hacia los 3 meses de edad, incrementaría el riesgo de muerte súbita.
Otras teorías sugieren como causa, el laringoespasmo por irritación de la laringe y las apenas de origen comicial. Tampoco hay que olvidar la posibilidad de muerte accidental por asfixia en cunas mal diseñadas.
La identificación de los infantes con riesgo de muerte súbita, continúa siendo tarea compleja. Los factores de riesgo son prematuridad, embarazo comprometido, drogadicción de la madre durante el embarazo, enfermedad crónica de la madre, sufrimiento durante el parto, historia de internamiento en una unidad de cuidados intensivos neonatal, embarazos múltiples, juventud excesiva de la madre, historia familiar de muerte súbita y trastornos del desarrollo. Cuando se sospecha que un lactante tiene riesgo aumentado de muerte o hay evidencia de que ha sufrido episodios prolongados de apnea, algunos recomiendan hospitalización hasta que pase el riesgo.
Patrones y normas de higiene del sueño infantil
- Hasta los 3 meses de edad, el sueño no está acoplado con el ciclo día noche
- Entre los 3 y 6 meses, el lactante duerme de 14-15 horas, en su mayoría durante la noche, pero aun conserva tres siestas diurnas
- A los 6 meses el tiempo total de sueño es de 14 hora, con 3 horas diurnas divididas en dos siestas diurnas
- A la edad de 1 año, el lactante duerme 11,5 horas por noche y 2 horas durante el día en una sola siesta
- A los 5 años, el niño requiere 11 horas de sueño nocturno, a los 9 años, 10 horas a los 14 años, 9 horas. La siesta diurna se abandona hacia los 4 años dependiendo en parte de la costumbre local
- Los horarios de sueño deben ser regulares y estables, incluyendo fines de semana. La falta de disciplina puede conducir a insomnio conductual
- Se recomienda eliminar las tomas nocturnas de alimento, para evitar despertamientos condicionados
- El sueño del lactante y del niño debe trascurrir en un ambiente tranquilo, relajado, limpio, cómodo, hogareño y acogedor. La falta de sueño retraso el desarrollo mental y fisco del niño.
(Información extraída de La medicina del sueño / Antonio Culebras, 1994)