¿Cómo se puede prevenir el comportamiento agresivo en los niños?

Para prevenir el comportamiento agresivo la mejor estrategia consiste en disponer el ambiente de modo que el niño no aprenda a comportarse agresivamente y, por el contrario, sí lo dispongamos de modo que le resulte asequible el aprendizaje de conductas alternativas a la agresión.

Siempre que se encuentre ante una situación conflictiva ya sea con su pareja o con su propio hijo o con cualquier otra persona, modele la calma ¿cómo? Puede modelar la calma por medio de la expresividad facial, la postura, los gestos, lo que dice y el tono, la velocidad y el volumen con que dice las cosas. Concretamente, como indican Goldstein y Keller (1991), la cara de la persona calmada muestra una frente sin arrugas, las cejas no están caídas ni juntas, los ojos están abiertos normalmente, sin la mirada fija o de soslayo de la cólera o los ojos desmesuradamente abiertos mostrando sorpresa, la nariz no está arrugada ni sus aletas dilatadas, los labios en posición normal, ni presionados ni echados para atrás como cuando se está gruñendo. Es más probable que la persona calmada esté sentada que de pie, con los brazos a los lados, no cruzados, las manos abiertas, no en puño; los movimientos son lentos y fluidos, no rápidos y a trompicones; la cabeza, el cuello y los hombros están rejalados, no tensos ni rígidos. La voz de la persona calmada es uniforme más que nerviosa, suave o moderada más que alta, lenta o de ritmo moderado más que rápido, la persona evita gritar, la brusquedad o el nerviosismo considerable y su discurso contiene pausas. Estos son algunos de los signos manifiestos que puede mostrar un modelo que intenta enseñar un comportamiento alternativo a la agresión ante una situación conflictiva. Modele también comportamientos asertivos para defender sus propios derechos.

En ningún caso y bajo ningún pretexto, deje que desde pequeño el niño consiga lo que desea cuando patalea, grita o empuja a alguien. Espere a dárselo cuando lo pida de forma calmada. Si aun el niño no ha tenido la oportunidad de aprender cómo se pide calmadamente las cosas, déle instrucciones acerca de cómo debe hacerlo, y refuércele con una sonrisa o un así me gusta. No piense que eso le supondrá a usted un gran esfuerzo. Le aseguramos que le será más fácil enseñar conductas adaptativas desde la más tierna infancia, que además eliminar conductas inadaptativas.

Recuerde que incluso puede ocurrir que los niños sean inadvertidamente entrenados para comportarse agresivamente por las mismas personas que normalmente critican tales conductas. La manera en que esto se produce es la siguiente: por sus propiedades inversivas, la agresión no solo exige atención, lo cual ya refuerza dicha conducta, sino que a menudo es eficaz para eliminar exigencias desagradables para el niño y para controlar la conducta de los demás. Así, tanto los padres como los compañeros refuerzan intermitentemente las respuestas agresivas.

Refuerce siempre cualquier intento que el niño, aunque muy pequeño, muestre de comportarse adaptativamente en situaciones conflictivas. Si se trata del ámbito escolar, se sabe que el potencial de las escuelas para promover la salud mental, de los chicos se viene reconociendo de hace tiempo. Hoy por hoy, son varias las investigaciones longitudinales que demuestran el papel efectivo que tanto escuelas como profesores eficaces pueden jugar en el ajuste a largo plazo de los individuos, incluyendo los chicos que experimentan múltiples estresores vitales y aquellos que tienen un ambiente familiar inestable durante la mayor parte de su infancia. Los profesores son modelos importantes para los chicos en el ámbito social y las escuelas juegan un papel muy significativo en la adaptación del niño a la sociedad. Además, los profesores transmiten tanto explicita como implícitamente información acerca de normas para el comportamiento social tano deseable como indeseable. Los profesores eficaces pueden diferir en lo que respecta al método y al estilo personal, pero en general son capaces de mantener un fuerte interés académico en los niños mientras crean un clima de organización, un orden conductual razonable y relaciones interpersonales positivas en la clase como grupo.

En vista de que se hace evidente que hay una relación positiva entre competencia académica y social en los chicos, así como la importancia de ambas dimensiones tanto para la competencia personal como para el desarrollo de la autoestima de los chicos, es lógico que se entienda lo importante que es tener métodos a mano en el ámbito escolar para facilitar tanto la competencia personal como la académica. En este sentido, no olviden los profesores que pueden hacer uso de los mismos procedimientos que los padres. Éstos son moldeamiento de conductas provocarles, instrucciones y reforzamiento de las mismas, al tiempo que un no reforzamiento desde el inicio de la escuela de los primeros intentos de conducta agresiva.

 

(Información extraída de Agresividad infantil / Isabel Serrano Pintado, 1996)

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