Cómo saber si tengo fobia social
La fobia social se reconoce oficialmente en 1980 como concepto ligado a una entidad diagnóstica, es decir, con significación clínica; es el año en el que aparece la tercera edición del Manual Diagnóstico y Estadístico para los Trastornos mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría. En esta edición, la fobia social era definida como un miedo excesivo e irracional a la observación por parte de los demás en situaciones sociales especifica tales como hablar en público, escribir o usar aseos públicos. En términos de criterios diagnósticos esta delimitación se operacionalizaba como: Miedo persistente e irracional y un deseo impulsivo de evitar la situación en la cual el individuo se ve expuesto a la posible observación de los demás, con el temor de que pueda actuar de tal manera que resulte humillante o embarazoso. Malestar significativo debido a la alteración y reconocimiento por parte del individuo de que su temor es excesivo o temporal. Todo ello es debido a otra alteración mental como, por ejemplo, la depresión mayor o un trastorno de personalidad por evitación. Pero tal consideración clínica por parte de la APA no supuso su aceptación por parte de la OMS hasta 19 años más tarde. Así, fue en 1992 cuando el sistema de Clasificación Internacional e Enfermedades de la OMS, CIE en su décima edición, incluyó por primera vez la fobia social como categoría diagnóstica independiente. Hasta ese momento en el CIE-9 solo se hablaba de trastornos fóbicos, al igual que había ocurrido en el DSM-III. Los criterios diagnósticos que requiere la OMS para considerar la existencia de este trastorno son: Miedo a ser enjuiciado por otras personas en el seno de un grupo pequeño Ese temor puede ser discreto (comer en público, hablar en público, interacciones con personas del sexo opuesto) o difuso (abarca casi todas las situaciones fuera del círculo familiar) Suele asociarse con una baja autoestima y con miedo a la critica Las respuestas cognitivas, psicofisiológicas y motoras son manifestaciones principales de la ansiedad y no secundarias a otros trastornos (ideas delirantes u obsesivas) La ansiedad se limita o predomina en situaciones sociales concretas y determinadas La situación fóbica se evita siempre que ello es posible Si la diferenciación entre fobia social y agorafobia fuera muy difícil hay que dar preferencia a la agorafobia. No debe realizarse un diagnóstico de depresión a menos que pueda identificarse claramente un episodio depresivo completo. Por lo que respecta a la evolución del concepto y los criterios diagnósticos para aquellos sujetos menores de 18 años, no recoge criterios específicos para el diagnóstico de la fobia social, pero ello no es ajeno a la Asociación Americana de Psiquiatría. La APA tampoco incluyó ningún criterio especifico para el diagnóstico de la fobia social en niños y adolescentes hasta 1994, fecha en que aparece publicado su DSM-IV. En esta edición se indica que la ansiedad ante las situaciones sociales no debe estar limitada a la relación con adultos, sino que también debe mostrarse ante sus iguales. Por otra parte, se señala que la ansiedad puede traducirse en lloros, berrinches, inhibición o abrazos y que puede faltar el reconocimiento de que el miedo es excesivo e irracional. Se establece que la duración de las respuestas de ansiedad social debe mantenerse durante mínimo 6 meses. Por lo demás, los niños y adolescentes han de cumplir el resto de criterios recogidos para la población adulta. Tales criterios son los que se han mantenido en la última versión del manual de la APA, el DSM-IV-TR (texto revisado): Primer Criterio (A). Temor acusado y persistente por una o más situaciones sociales o actuaciones en público en las que el sujeto se ve expuesto a personas que no pertenecen al ámbito familiar o a la posible evaluación por parte de los demás. El individuo teme actuar de un modo que sea humillante o embarazoso. En cuanto a los niños, es necesario haber demostrado que sus capacidades para relacionarse especialmente con sus familiares son normales y han existido siempre y que la ansiedad social aparece en las reuniones con individuos de su misma edad y no solo en cualquier relación con un adulto Segundo Criterio (B). La exposición a las situaciones sociales temidas provoca casi invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad, que puede tomar la forma de una crisis de angustia situacional o más o menos relacionada con una situación. En los niños, la ansiedad puede traducirse en lloros, berrinches, inhibición o retraimiento en situaciones sociales donde los asistentes no pertenecen al marco familiar. Tercer criterio (C). El individuo reconoce que este temor es excesivo o irracional; en los niños puede faltar este reconocimiento Cuarto criterio (D). Las situaciones sociales o actuaciones en público temidas se evitan o bien se experimentan con ansiedad o malestar intensos. Quinto criterio (E). Los comportamientos de evitación, la anticipación ansiosa o el malestar que aparece en las situaciones sociales o actuaciones en público temidas interfieren acusadamente con la rutina normal del individuo, con sus relaciones laborales o sociales, o bien producen un malestar clínicamente significativo. Sexto criterio (F). En los individuos menores de 18 años la duración del cuadro sintomático debe prolongarse como mínimo 6 meses. Séptimo criterio (G). Las respuestas de miedo o de evitación no han de deberse a los efectos fisiológicos directos de una sustancia o de una enfermedad médica, y no han de poder explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental como, por ejemplo, el trastorno de angustia con o sin agorafobia, el trastorno de ansiedad por superación, trastorno dismórfico corporal, un trastorno generalizado del desarrollo o el trastorno esquizoide de la personalidad. Octavio criterio (H). Si hay una enfermedad médica u otro trastorno mental, el temor descrito en el primer criterio A no ha de estar relacionado con estos procesos. Así, por ejemplo, el miedo no ha de ser debido a la tartamudez, a los temblores de la enfermedad de Parkinson o a la exhibición de conductas alimentarias anormales en la anorexia o en la bulimia nerviosa. Si el niño o el adolescente cumplen los
Cómo saber si tengo fobia social Leer más »