Los problemas de dispareunia se han descrito y clasificado de múltiples formas. En términos generales hacen referencia a la experiencia de dolor genital asociado a la relación sexual. En la forma habitual, el dolor se presenta durante el coito, pudiendo aparecer al iniciarse la penetración, en algún punto de entrada de la vagina o sentirse más profundamente. Las quejas sobre la experiencia de dolor son muy variadas, describiéndose como sensaciones de quemazón, irritación, punzadas, escozor intenso o molestias vagas. La intensidad y duración de estas sensaciones son igualmente fluctuantes abarcando desde experiencias ligeras y breves hasta persistentes y de gran intensidad, manteniéndose las molestias varias horas después de finalizada la relación sexual.
Los problemas de dolor coital suelen ir asociados a problemas de vaginismo. Cuando se intenta la penetración en los casos de vaginismo la mujer experimenta dolor, lo que fortalece la respuesta de contracción. Por otra parte, puede surgir un problema de vaginismo tras sufrir experiencias de coitos dolorosos. Los problemas de dispareunia suelen afectar a las relaciones sexuales, que se viven de manera insatisfactoria y acaban generando sentimientos de temor y malestar en ambos miembros de la pareja.
Cuando la experiencia de dolor tiene lugar en el interior de la vagina, al realizarse penetraciones profundas, puede ocurrir que el problema se deba a una situación de baja excitación en la cual la vagina no se ha dilatado suficientemente y el cérvix y el cuerpo del útero no han alcanzado la elevación adecuada. En esta situación una inserción profunda producirá el choque doloroso del pene con el cérvix. Esto se puede dar también en mujeres con prolapso uterino en las que una porción del útero desciende en la vagina. La dispareunia se origina, frecuentemente por un problema de carácter físico por lo que en este tipo de disfunción es especialmente recomendable una exploración ginecológica específica.
(extraído de Disfunciones sexuales femeninas de Mª José Carrasco, 2001)