¿A qué especialista acudir cuando mi hijo tiene un problema?

La orientación hacia un especialista puede proponerse cuando un trastorno resiste a los tratamientos o va acompañado de otras manifestaciones. Nos podemos imaginar el caso de un niño que padece trastorno de ansiedad, principalmente con miedos nocturnos repetidos, que no reacciona positivamente ni a un seguimiento comportamental ni a los medicamentos. El niño continúa despertándose por la noche. Se queja también de los conflictos familiares y los mismos padres subrayan que tiene dificultades escolares importantes. En este caso, el pediatra podrá juzgar que el miedo y el despertarse por la noche es tan solo uno de los trastornos y que el niño manifiesta varios síntomas de dificultades psíquicas, reforzados sin duda por un ambiente familiar perturbado. Por lo tanto, orientará a su paciente y a sus padres hacia un psiquiatra para niños.

Esta gestión debe explicarse de forma clara a los pares. No debe en ningún caso percibirse como una renuncia por parte del pediatra. Durante esta gestión los padres deberán sentirse acompañados y animados, el niño implicado. Es importante explicarle al niño con palabras sencillas por qué debe visitar al psiquiatra. En algunos casos, el pediatra puede volver a ver a su paciente después de la consulta con el psiquiatra indicado así que sigue siendo el médico de referencia, lo que puede tranquilizar a unos padres asustados ante la idea de tener que entrar en relación con el mundo de la psiquiatría.

Llevar a su hijo al psiquiatra no es un paso fácil. Es muy legítimo que este trámite suscite cierta inquietud o reticencia. Por otro lado, la desconfianza en la psiquiatra no procede solo de padres o algunos pediatras. Un pediatra que envía a su paciente al psiquiatra raramente obtiene respuesta. Esta falta de trasparencia es uno de los reproches recurrentes dirigidos a los psiquiatras por los médicos de familia o los pediatras.

Con los bebés muy pequeños, el ortofonista juega un papel de prevención y su intervención toma la forma de educación precoz: consejos prácticos y entrevistas con el niño y sus padres. Con niños más mayores, el ortofonista puede empezar una verdadera reeducación.

El especialista en psicomotricidad

El especialista en psicomotricidad igual que el ortofonista no es médico. Ejerce una actividad paramédica, homologado en Francia con un diploma de Estado. El objetivo del trabajo del especialista en psicomotricidad es reeducar las funciones psicomotrices. Estas funciones pueden haber sido alteradas por un problema específico (dispraxia), una enfermedad, un accidente o por dificultades psicológicas que pueden conllevar una torpeza excesiva en el niño pequeño.

La intervención de un especialista en psicomotricidad raramente es aislada. Se inserta la mayoría de las veces en un control multidisciplinario. Pero atención, este especialistas no es solo un técnico en tonicidad o en motricidad. Está también muy atento a las dificultades psicológicas del niño. Igual que los psicólogos y los psiquiatras, numerosos especialistas en psicomotricidad han sido influenciados por la corriente psicoanalítica.

El especialista en psicomotricidad ayuda al niño a establecer un puente entre el cuerpo y el psiquismo, entre lo que expresa a través de su cuerpo y lo que siente. Puede utilizar técnicas de relajación, de educación gestual, de expresión corporal o de plástica.

Los psi

Para algunos psiquiatras, psicólogos y psicoanalistas que piensan que las enfermedades mentales tienen ante todo un origen psíquico, no puede explicarse toldo solo buscando una causa orgánica. El cerebro, aunque hace posible el pensamiento, no puede desconectarse del entorno y de la historia del individuo. En lo que comúnmente llamamos locura, no encontramos solo desordenes neuronales, los daños cerebrales que entorpecen el pensamiento. Prueba de ello es que la locura alcanza a personas “normales” exentas de toda deficiencia cerebral

En un niño hiperactivo, que padece trastorno de la atención por ejemplo, encontramos un problema de orden instrumental. Hay que ayudar al niño a concentrarse o a hacer trabajar su memoria, pero todo este aprendizaje no es solo cuestión técnica de reeducación. Para un “psi” el componente psicológico es esencial.

El psiquiatra infantil

El psiquiatra infantil es un psiquiatra que se ha especializado en el cuidado de los niños. En tanto que medico está habilitado para prescribir medicamentos psicótropos y él es el más apto para manipularlos.

El psiquiatra infantil aborda al paciente de forma particular ya que el reconocimiento no reposa sobre un examen médico corporal sino que asume los síntomas expresados por el paciente: lo que el paciente dice o cuando se trata de un niño pequeño, la manera como se comporta con su entorno y lo que dicen sus padres.

De entre las herramientas terapéuticas de que dispone el psiquiatra, aparte de los medicamentos, la palabra tiene una importancia primordial. El psiquiatra infantil diagnostica observando al niño, intentando comunicarse con él y escuchando a los padres. Algunas psiquiatrías utilizan escala de evaluación estándar. Éstas se presentan a menudo como formularios y se utilizan como ayuda en el diagnostico de ciertas patologías.

El psiquiatra infantil puede también pedir chequeos complementarios o incluso reorientar hacia un médico especialista en somatología si finalmente piensa que el problema es orgánico y no psíquico.

El papel del psiquiatra puede restringirse a unos simples consejos pero puede proponer también un apoyo o un control más marcado. La psiquiatría francesa ha estado muy influenciada por el psicoanálisis. La mayoría de los psiquiatras que trabajan en servicios infantojuveniles han recibido una formación psicoanalítica y practican psicoterapias de inspiración analítica.

El psicoanalista

Es a menudo psiquiatra o psicólogo de formación inicial. Sin embargo, algunos psicoanalistas provienen de disciplinas totalmente distintas. Verdad es que la única exigencia para ser psicoanalista es haberse psicoanalizado uno mismo. Pero la mayoría de psicoanalistas tiene una experiencia clínica importante porque han ejercido ya sea como psiquiatras o como psicólogos. Cada escuela decide la formación de sus psicoanalistas. El tratamiento analítico sigue modalidades muy precisas.

Además de lo que llamamos cura-tipo, los psicoanalistas practican diferentes psicoterapias. Así las psicoterapias conjuntas madre-bebé o padres-bebé, que interesan cada vez más a los psicoanalistas, se han desarrollado bajo una óptica particular: curar las dificultades de la relación entre la madre y su hijo. Al tener la palabra una gran importancia simbólica en el psicoanálisis, a los psicoanalistas les concierten mucho todos los trastornos relacionados con el lenguaje.

El psicólogo

El psicólogo no es médico. Su disciplina, la psicología, está sujeta a las ciencias humanas. Puede pertenecer a corrientes teóricas diferentes que influenciarán más o menos su aproximación al niño y determinarán las técnicas que va a utilizar.

Se solicita al psicólogo, tanto si ejerce como profesional liberal, en un centro de protección maternal e infantil, en un centro de acción medico social precoz, en el seno de una red de ayudas especializadas para los alumnos con alguna dificultad o en un centro escolar, para efectuar un chequeo. La demanda proviene a menudo de la escuela.

El balance psicológico empieza con una entrevista con los padres o el profesor. El psicólogo necesita conocer los antecedentes clínicos del niño, el contexto familiar y social. Si con anterioridad se ha hecho un chequeo neurológico u orto fónico, el psicólogo deberá conocer el resultado. Solamente una vez estén recogidos todos estos elementos, el psicólogo puede conducir un examen psicológico, que reposará sobre una entrevista individual con el niño y de test estandarizados. Estos test sirven para medir las funciones cognitivas y las grandes funciones instrumentales. Lo que se intenta medir es dónde se sitúa el niño en relación con las cualidades de los niños de su edad, cualidades muy ligadas a las exigencias escolares.

El psicólogo no prescribe medicamentos. Aconseja o aporta un apoyo psicológico. En el marco de controles más largos, puede recurrir a diferentes técnicas de psicoterapias. En Francia, muchos psicólogos, habiendo trabajado en los servicios de psiquiatría infantil juvenil, han sido formados en el psicoanálisis y practican psicoterapias de inspiración analítica.

El psicosomatólogo

La psicosomática es una disciplina procedente del psicoanálisis. Los psicosomatólogos, tanto si son psiquiatras como si son psicólogos, han sido todos formados en el psicoanálisis y utilizan por otro lado, técnicas psicoterapéuticas clásicas que provienen de la practica psicoanalítica.

El psicosomatólogo trata pacientes, niños o adultos, que padecen trastornos cuya manifestación es principalmente somática. Utiliza en general las mismas técnicas que el psicoanalista.

El etnopsi

El entono psiquiatra o el etnopsicoanalista es un terapeuta que utiliza métodos inspirados por el fundador de la etnopsiquiatria. Georges Devereux y teorizadas en Francia principalmente por Tobie Nathan.

Georges Devereux reconocía la universalidad del psiquismo y del inconsciente freudiano, poniendo el acento en el particularismo de las culturas. No se expresa el dolor de la misma manera en las sociedades occidentales y en las sociedades africanas más tradicionales, por ejemplo. La relación con el médico, la medicina en general es también diferente según la adhesión cultural, religiosa, étnica, etc.

Los neuro

Se reagrupan diferentes prácticas, dedicadas al cerebro y de forma más precisa al sistema nervioso central. Los problemas de los que se ocupan estos especialistas son pues la consecuencia de un daño del sistema nervioso. Sin embargo, puede suceder que un problema asociado  a una lesión cerebral, aparezca sin ninguna anomalía o daño del sistema nervioso. Este es justamente el caso de la dislexia pero también de los trastornos de la atención, del comportamiento o de la tartamudez.

Para los neuro que piensan que las enfermedades mentales son de origen orgánico, la ausencia de una lesión o de una anomalía neurológica no demuestra nada, sino que puede suceder que no se tenga los instrumentos de investigación suficientemente eficaces para percibirlos y que se debe todavía progresar en el conocimiento del proceso cerebral.

El neuropediatra

Como su nombre indica, el neuropediatra alía dos especialidades: la neurología y la pediatría. El neuropediatra está especializado en el conjunto de problemas del niño de los que se sabe o se supone que tienen que ver con una disfunción o una lesión del sistema nervioso. Entre los problemas se puede citar, la epilepsia, enfermedades que pueden dañar el sistema nervioso, tanto si son de origen infeccioso presentes en el nacimiento o traumáticas.

Al neuropediatra se le consulta a menudo para precisar un diagnóstico, para verificar si las dificultades del niño son debidas a una enfermedad o a una lesión neurológica que haya pasado desapercibida. De entre los exámenes más prescritos que dependen de su competencia, se encuentra el famoso EEG (electroencefalograma)

En el niño, el estudio neurológico del sistema nervioso se topa siempre con una dificultad mayor: el desarrollo del niño no ha finalizado y no siempre se puede afirmar cual será la consecuencia de una lesión aparente o incluso de un desorden sin lesión aparente.

La neurogenética

En medicina, el especialista en neurogenética es una especie hibrida que intenta casar la neurología y la genética. Este enfoque en neurología se ha beneficiado de la reciente explosión en genética tanto de los conocimientos como de las técnicas de investigación y de test genéticos.

El especialista en neurogenética adopta un enfoque de la enfermedad y de los problemas mentales exclusivamente orgánicos. Intenta definir las carencias o las mutaciones genéticas que pueden estar en el origen de algunas patologías o disfunciones mentales

El neuropsicólogo

El neuropsicólogo no es médico. Tiene una formación en ciencias humanas, en psicología. Igual que el neurólogo, se interesa por los problemas que provienen de un daño del sistema nervioso central. Desde un punto de vista teórico, la neuropsicología está muy próxima a las ciencias cognitivas, que intentan comprender el funcionamiento del cerebro, la manera como trata las informaciones que nos permiten llevar a cabo una tarea motriz o lógica. El especialista en neuropsicología intenta comprender cómo modificaciones a nivel del cerebro pueden modificar la percepción, la memoria, la inteligencia, el lenguaje y finalmente el comportamiento. Al principio, la neuropsicología clínica se interesó por problemas que tenían por origen lesiones neurológicas conocidas. Poco a poco, la neuropsicología desarrollo mental, empezó a interesarse cada vez más por los trastornos del comportamiento o del aprendizaje en niños sin antecedentes de lesiones o daños neurológicos.

El balance neuropsicológico propiamente dicho aporta informaciones sobre las funciones cognitivas, es decir, sobre la manera como el niño consigue tratar las informaciones, su capacidad de percepción, de memoria, de atención, su habilidad para razonar. El examen neuropsicológico es por naturaleza multidisciplinario. Integra datos médicos, o informaciones que proviene del examen ortofonía y de psicomotricidad. Finalmente, tiene en cuenta el perfil psicológico del niño y los eventuales trastornos psicoafectivos que pueden ir asociados a un problema cognitivo que perturbe una o varias funciones intelectuales. El neuropsicologo puede también practicar test psicométricos que sirven para medir el CI o utilizar escalas de evaluación estándar.

 

(Información extraída de Trastornos psicológicos  infantiles / Avigal Amar-Tuillier; prólogo del doctor Pierre Sadoul; [traducción, Serafina Llagostera], 2007)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *