Los dependientes utilizan a sus objetos para compensar su necesidad afectiva del otro y su negación patológica de sí mismos. Las características que tienen estos objetos son las siguientes:
- Son fácilmente idealizables. No es casualidad situar esta característica como la primera y no por ser más importante o significativa que las demás, sino por tratarse de un autentico nexo de unión entre las peculiaridades propias de los objetos. los objetos no son personas fácilmente idealizables de por sí, es decir, no es normal que cualquier persona puede reaccionar con extrañeza, desinterés, apatía o en la mayoría de las ocasiones con un contacto superficial. Los objetos son fácilmente idealizables para personas con baja autoestima, entre ellas los dependientes emocionales, por eso esta característica es válida solo para ellos y no para otras personas, que en absoluto les idealizarían. Idealizar significa otorgar a personas o cosas cualidades positivas que no existen en realidad o que son exageraciones de la misma.
- Son narcisistas y explotadores. El narcisismo es el amor excesivo a uno mismo, es una exageración patológica de la autoestima que conduce a una autentica auto idealización. Existen muchos grados de narcisismo, desde la vaga sensación de ser diferente a los demás por despuntar en algo, hasta la convicción absoluta de ser una persona especial, peculiar, etc. el denominador común a todos los grados es la sobrevaloración que en mayor o menos medida se produce del ego y la consiguiente minusvaloración del entorno. El narcisista es una persona que solo desea admiración del entorno, que entiende las relaciones positivas únicamente como la adulación de sus propias cualidades por parte de otro individuo. El amor excesivo a sí mismo tiene entonces un deseo de correspondencia en los demás. No existe afecto sincero hacia los demás, pero tampoco se desea su cariño, solo su sometimiento y su admiración. La contrapartida del narcisismo es la devaluación de los demás, incluidas las personas que entran en el juego de la exaltación de su ego. Para justificar su amor excesivo hacia sí mismos deben considerarse realmente superiores a los demás, diferentes, peculiares, extraordinarios.
- Suelen padecer trastornos de personalidad. Al igual que sucede con los dependientes emocionales, el padecimiento por parte de los objetos de entidades patológicas no es un requisito indispensable; es más, es también bastante común que estos individuos no tenga trastornos de personalidad diagnosticables y que solo sean ligeramente egoístas y soberbios, aunque con el tiempo estos rasgos se acentúen en interacción con sus parejas sumisas y admiradoras. Obviamente el trastorno narcisista de la personalidad será el diagnóstico más común, los criterios propuestos por el DSM-IV para esta categoría:
Un patrón general de grandiosidad, una necesidad de admiración y una falta de empatía, que empiezan al principio de la edad adulta y que se dan en diversos contextos como lo indican los siguientes ítems:
- Tiene un grandioso sentido de auto importancia
- Está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios
- Cree que es especial y único y que solo puede ser comprendido por otras personas que son especiales o de alto status
- Exige una admiración excesiva
- Es muy pretencioso; por ejemplo, tiene expectativas irrazonables de recibir un trato especial o de que se cumplan automáticamente sus expectativas
- Es interpersonalmente explotador, saca provecho de los demás para alcanzar sus metas
- Carece de empatía: es reacio a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás
- Frecuentemente envidia a los demás o cree que los demás le envidian a él.
- Presenta comportamientos o actitudes arrogantes o soberbios
Los individuos con trastorno narcisista de la personalidad basan su carácter precisamente en el narcisismo desproporcionado; por tanto, esta categoría constituye el prototipo de los objetos de los dependientes emocionales. Pueden existir rasgos de narcisismo en otros trastornos de la personalidad que también aparecerán con relativa frecuencia en los objetos de los dependientes emocionales. Algunos de estos otros trastornos de personalidad son el histriónico, el antisocial y el paranoide.
(Información extraída de Dependencia emocional: características y tratamiento / Jorge Castelló Blasco, 2005)