La estrategia de intervención incluida dentro de los grupos de autoayuda podría definirse siguiendo a Robinson (1986) como procesos de autocambio mutuo haciendo referencia al cambio personal producido como consecuencia de la influencia de las personas que integran el grupo. Esta definición del proceso de cambio se considera relevante a la hora de diferenciar las estrategias implicadas en otros procesos de cambio como el cambio sin terapia y el autocambio individual.
El origen y proliferación de los grupos de autoayuda normalmente está unido a la falta de cobertura de una serie de servicios por parte de la administración. Esto no incluye únicamente a este tipo de grupos, sino también en el caso del alcoholismo al surgimiento de una serie de asociaciones dedicadas a atender a las personas con problemas de bebida. Normalmente estos grupos suelen tener en su origen una figura profesional que implanta, desarrolla y facilita la puesta en marcha de estos grupos que de este modo vienen a cubrir unas necesidades no satisfechas en ese momento. Algunos autores como Mowrer (1971) al referirse al gran auge en su país de esta serie de grupos los llega a clasificar como la nueva iglesia del siglo XXI al señalar que sustituyen a la iglesia por la pérdida progresiva de importancia social de ésta. Otros autores aluden a que el papel creciente de estos grupos es parte de lo que se conoce a partir de los años sesenta como el movimiento de “el poder del pueblo” o como una parte de una nueva cultura surgida tras la segunda guerra mundial y que se refleja en una mayor descentralización y desburocratización de la vida pública. Katz y Bender (1976) califican al movimiento de autoayuda en general como “el fenómeno social más importante de los últimos años” señalando que surgen como respuesta a los sentimientos de alineación y desesperanza producidos por la despersonalización y deshumanización de las instituciones y la sociedad.
Después de enumerar los motivos de la aparición, mantenimiento y posible papel en el futuro de los grupos de autoayuda, debe mencionarse una serie de características de estos grupos. En primer lugar, siguiendo a Killilea (1976) podría hablarse de una serie de aspectos comunes como: experiencias comunes, la prestación de ayuda mutua, el principio de ayuda, la constitución de unas creencias y fuerza de voluntad colectiva así como la construcción de metas compartidas. Un aspecto que también señala este autor es el refuerzo de auto conceptos de normalidad en estas personas, lo cual en algunos grupos como A.A. resulta altamente discutible, creándose más bien en nuestra opinión una serie de auto conceptos diferenciadores de la personalidad normal en los integrantes de este grupo. Esto nos lleva en segundo lugar a considerar que no todos los grupos de autoayuda son iguales, presentando una serie de características diferenciadoras. En el caso del alcoholismo, el grupo de mayor renombre a nivel mundial es Alcohólicos Anónimos aunque en España, en Galicia, su contribución es superada por otros grupos como alcohólicos rehabilitados y las asociaciones de ex alcohólicos y de tratamiento de los problemas de bebida. Esto es así, por diversas razones como el menor impacto de los grupos de autoayuda en España y la financiación y los requisitos requeridos para ésta por parte de las instituciones estatales y autonómicas.
De la diversidad de grupos de autoayuda expuestos puede deducirse la dificultad de referirse a su efectividad, entre otros motivos por falta de datos sistemáticos sobre su eficacia y resultados así como la falta de investigación sistemática y controlada.
Similitudes entre el enfoque médico según Alcohólicos Anónimos
Características básicas de la persona con problemas de bebida. Enfoque médico: el alcohólico neurótico se ahuyenta de la vida, presenta un cuadro de preocupación y ansiedad anormal, se retrae de su prójimo.
Necesidad de cambiar. Enfoque médico: el alcohólico necesita un cambio de personalidad. Enfoque moral: el alcohólico necesita un cambio de corazón, un despertar espiritual.
Metas u objetivos del tratamiento. Enfoque medico: el alcohólico tiene que encontrar un nuevo y dominante interés en la vida, tiene que “volver al rebaño”. Tiene que encontrar intereses y distracciones que ocupan el lugar del alcohol.
Tipos de intervención. Enfoque médico: el alcohólico necesita ser analizado: debe experimentar una catarsis mental completa y sincera
Resultado de la intervención. Enfoque médico: los defectos graves de personalidad deben ser eliminados por medio de un exacto conocimiento propio y de un ajuste realista a la vida.
(Información extraída de Los problemas de la bebida, un sistema de tratamiento paso a paso: manual del terapeuta, manual de autoayuda / Bárbara McCrady, Rafael Rodríguez Villarino, José́ Manuel Otero-López, 1997)