Durante las últimas décadas ha ido en aumento el interés por la conducta de los niños con discapacidades evolutivas. Carr y Hewitt (1982) informaron de que el 22% de las madres de niños con once años de edad con Síndrome de Down estaban preocupadas por la conducta de su hijo. Gath y Gumley (1986) describieron diversos problemas de conducta en 193 niños con Síndrome de Down. Encontraron que el 38% de ellos padecía importantes trastornos de conducta. Los autores indicaron una presencia más frecuente de trastornos de conducta en los niños con Síndrome de Down que en otros niños.
Al revisar la literatura sobre la conducta en personas con Síndrome de Down, encontramos que muchos autores han descrito rasgos conductuales específicos en niños con Síndrome de Down. Se dice que son amigables, afectuosos, plácidos, abcecados, retraídos y presentan conductas desafiantes. Sin embargo, ya en 1953 Blacketter Simmonds informó de que el comportamiento social de las personas con Síndrome de Down no respondía al estereotipo y no era homogéneo. En 1973 Baron informó que la conducta de los niños con Síndrome de Down era similar al de la población “normal” si se tomaba en cuenta la edad mental. Además, otros investigadores indicaron que este antiguo estereotipo tal vez sea incorrecto y que los niños con Síndrome de Down presentan la misma variedad de atributos de la personalidad y conductuales que se observan en los demás niños que no tienen ese trastorno cromosomático.
La Lista de Control de Achenbach sobre la conducta infantil fue pensada para registrar en un formulario normalizado los atributos y competencias conductuales de los niños comprendidos entre cuatro y dieciséis años. Hay dos agrupaciones de banda ancha en todos los grupos por sexo/edad a los que hace referencia Achenbach como dicotomía interiorización/exteriorización
La Escala Ambiental de la familia tiene como objetivo medir las características sociales de todos los tipos de familias. Las diez subescalas de este instrumento evalúa tres ámbitos importantes: la relación, el crecimiento personal y el mantenimiento del sistema. La dimensión relación se mide con las subescalas de cohesión, expresividad y conflicto. La dimensión crecimiento personal comprende las subescalas de independencia, orientación hacia la consecución, orientación intelectual/cultural, activo-recreativa y moral/religioso.
La Batería de Evaluación del temperamento para niños se centra en la información sobre la conducta de los niños en situaciones diferentes. Esta escala consta de tres escalas de clasificación diferentes que miden dimensiones básicas de la personalidad y la conducta de los niños pequeños. Las seis conductas básicas que se miden con esta escala son la actividad, la adaptación, la aproximación/retraimiento, la intensidad emocional, la tendencia a la distracción y la perseverancia.
Utilizando la Lista de Control de Achenbach para la Conducta Infantil, no encontramos ninguna diferencia significativa entre el grupo de estudio y el grupo de control por lo que respecta a los resultados de interiorización obtenidos de las respuestas tanto de los padres como de los maestros. Sin embargo, se observaron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de estudio y de control en los resultados de exteriorización y totales por las respuestas tanto de los maestros como de los padres.
Los perfiles de la Escala Ambiental Familiar indican por término medio puntuaciones altas en elementos tales como cohesión, expresividad, consecución, acentuación moral /religiosa y organización. La familia media estaba también orientada hacia la consecución, según lo demostró un resultado alto en consecución media. Los padres respondieron afirmativamente a los siguientes enunciados: siempre tratamos de hacer las cosas un poco mejor a la vez siguiente, salir adelante en la vida es muy importante para nuestra familia. También hubo altos valores medios en las categorías moral/religiosa y organización, ya que los padres contestaron a menudo verdadero a enunciados tales como los miembros de la familia tienen ideas estrictas sobre lo que está bien y lo que está mal y creemos que hay algunas cosas que hay que aceptar con fe.
Los perfiles de la Batería de Evaluación del Temperamento para Niños según las declaraciones de los padres y maestros son muy similares excepto para las categorías de tendencia a la distracción donde los profesores registraron puntuaciones significativamente superiores que las de los padres. Los individuos con Síndrome de Down obtuvieron puntuaciones levemente superiores que sus hermanos en todas las categorías a excepción de intensidad emocional y perseverancia; sin embargo, solo se llegó a una significación estadística en la categoría aproximación/retraimiento. Esto indicó que los niños con Síndrome de Down son más dispuestos a entablar relaciones sociales y disfrutan más con las nuevas actividades. Los padres a menudo mencionaron que el niño inmediatamente participa en una nueva situación de aprendizaje, el niño se sumerge en las nuevas actividades y situaciones sin la menor duda.
Los estudios sobre la conducta, el temperamento y los factores ambientales indican que los niños con Síndrome de Down tienen más similitudes que diferencias con sus hermanos y hermanas y con los demás niños de la comunidad. Cuando se puntúan los datos sobre la conducta surge un perfil hiperactivo.
(Información extraída de Síndrome de Down: perspectivas psicológica, psicobiológica y socio educacional / Jean A. Rondal … [et al.], 1997)