El síndrome de Angelmann es un trastorno del neurodesarrollo de base genética, que se caracteriza por retraso mental, trastorno motor, rasgos físicos característicos y patrón conductual típico. Afecta por igual a hombres y mujeres. Se ha observado una prevalencia de un caso por cada 10.000 a 12.000 recién nacidos vivos.
También es interesante conocer la prevalencia del síndrome de Angelmann entre grupos de individuos con retraso mental. En este caso las tasas oscilan, entre el 1,3 y el 4,8%. Los problemas más relevantes en los niños con síndrome de Angelmann vienen determinados por la alteración cognitiva y por la epilepsia, cuyo manejo puede resultar complicado.
Este síndrome tiene una gran similitud genética con el de Prader-Willi, aunque ambos son clínicamente muy distintos. Las tres alteraciones genéticas descritas por para el síndrome de Prader-Willi pueden generar el síndrome de Angelmann, pero en este caso la alteración ocurre en el alelo de procedencia materna. Además, en el síndrome de Angelmann también es posible la existencia de una mutación de un solo gen, el UBE3A.
Esta mutación puntual se detecta en el 20-25% de pacientes. Independientemente de que la causa del síndrome de Angelmann sea la mutación del UBE3A, o cualquiera de las alteraciones genéticas descritas previamente, el gen responsable del fenotipo del síndrome de Angelmann es el UBE3A, que codifica la proteína de la ligasa de ubiquitina E3, importante para la degradación de proteínas en las neuronas.
Los pacientes con síndrome de Angelmann pueden identificarse fácilmente a partir de los 3-5 años por sus características físicas y conductuales, aunque si se tiene en mente dicho trastorno no puede sospecharse durante el primer año de vida. Los rasgos físicos más típicos son: talla baja, microcefalia, hipoplasia medio-facial, aplanamiento occipital, surco occipital, cabellos claros, ojos claros, estrabismo, macroglosia, protusión lingual, prognatismo, separación entre los dientes, hipopigmentacion cutánea, escoliosis y sindactilia.
No todas las características físicas están presentes en todos los pacientes; por ejemplo, la microcefalia no está presente en el nacimiento; sin embargo, a los 2 años la presentan el 50%. Muchos niños con Síndrome de Angelmann no tienen alteraciones pigmentarias. Con la edad la cara tiende a alargarse y los rasgos físicos se hacen más toscos. A causa del retraso en el crecimiento, un 58% de los pacientes alcanza una talla ubicada alrededor del percentil 3 cuando llega a la pubertad.
(información extraída de Trastornos del neurodesarrollo / editores, Josep Artigas-Pallarés, Juan Narbona, 2011)
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